Agustín Pantoja se abrazaba a las cenizas de su madre, como un niño desamparado. El hermano de Isabel Pantoja, fue el encargado no solo de acompañar el cuerpo sin vida en el coche fúnebre que llegó a Cantora, sino, también, recoger las cenizas de su progenitora. Doña Ana Martín fallecía en Cantora tras llevar años enferma, una enfermedad que, en los últimos días había empeorado hasta el punto de necesitar hospitalización médica. La madre de la tonadillera recibió el alta la semana pasada para que pudiera estar en casa, tranquila, rodeada de sus seres queridos y marchar en paz, tal y como sus hijos deseaban. Y así ha sido. Estos le han acompañado hasta el final.
Los restos mortales de doña Ana salían de Cantora rumbo al tanatorio de Jerez en el que iba a ser incinerada entorno a las siete de la tarde del día de ayer. Durante toda la mañana, Isabel Pantoja, sus hermanos Juan y Agustín y el personal que trabaja en Cantora habían velado el cuerpo allí, hasta que el coche fúnebre abandonó el lugar para seguir con los actos del último adiós. Doña Ana abandonó el hogar en el que fue feliz junto a su hija Isabel Pantoja y lo hizo acompañada de su hijo Agustín. El cantante, vestido de negro y muy serio, acompañó a su madre hasta el tanatorio en otro vehículo sin la compañía de su hermana Isabel, que se ha quedado en la finca.
A lo largo de la mañana apenas hubo movimiento en Cantora. Tan solo algún coche ha entrado y salido puntualmente. El propio Kiko Rivera ha sido el encargado de contar a través de sus redes sociales que Isabel Pantoja y sus hermanos han dado orden de que nadie acuda a la finca a despedirse de doña Ana. Pero ahora que los restos mortales de la madre de Isabel Pantoja ya están en Jerez, personas cercanas a la familia que se trasladen hasta allí sí podrán dar sus condolencias. Entre ellos Bernardo Pantoja y su hermano Agustín, que no han coincidido.
El propio Kiko Rivera contó que, aunque su madre no quería que acuda a Cantora, él iba a poner rumbo hacia allí para estar al lado de su madre en este momento tan difícil. En este instante quiere dejar a un lado las rencillas para arropar a Isabel Pantoja en uno de los instantes más duros de su vida. De ahí que tomara la decisión de abandonar Canarias, donde ya se encontraba para la boda de Anabel Pantoja, para no quedarse con el remordimiento de no haber estado en el último adiós a su abuela, una de las personas más importantes de su vida.