Parece que se han repartido los partidos de Pablo. Este, para mamá. Este, para papá. Así se evitan coincidir. Y el partido del 9 de noviembre le tocaba a Iñaki Urdangarin (54 años) que no fue solo. El todavía marido de la infanta Cristina (57 años) acudió acompañado por dos de las mujeres más importantes de su vida, su madre, Claire, y una de sus hermanas, Lucía. Que era la primera vez que acudían a ver jugar al veinteañero desde que es parte del Granollers.
Claire, el gran apoyo de Iñaki Urdangarin ante la complicada situación con Cristina
Cuando hace solo 10 días que toda su ex familia política se reunía para celebrar la mayoría de edad de Leonor, su sobrina, él, más desplazado que nunca, en una situación de perro del hortelano provocada por su mujer, está en el limbo de los parentescos. Ellos, ante los ojos de la ley (y de dios) siguen casados, pero, por supuesto, hacen vidas separadísimas desde que en 2020 él empezó una relación con otra mujer, Ainhoa Armentia. Y, eso, Cristina no se lo perdona y no piensa ponerle las cosas fáciles para que rehaga su vida. De momento, no hay divorcio que valga; pero la presencia de Iñaki está más que vetada en los planes familiares.
Ante este panorama de contigo ni sin ti, Iñaki Urdangarin se encuentra emocionalmente perdido y frustrado. No puede casarse con la mujer que quiere, y tampoco puede incorporarla en las rutinas con sus hijos o con su madre. Atado de pies y de manos y viviendo de tapadillo. Un sufrimiento para todos.
Así no es de extrañar, que Claire Liabaert, que quien le duele es su hijo, esté volcada en él. Mientras ella esté en el mundo, Iñaki no estará solo. No importa que la que una vez fue su familia, política, eso sí, ya no quiera saber nada de él; y que las cosas con Cristina estén más que tensas por este pulso que lleva dos años manteniendo. Claire, ahí sigue. Como también siguen sus hermanos y hermanas, que le adoran.