Ana Obregón está feliz, y todos sabemos que llegar a afirmar eso es complicado, pues la bióloga en los últimos años ha vivido el momento más duro de su vida, la pérdida de su hijo, Aless Lequio, y después la de sus padres con muy pocos meses de diferencia uno de otro. Pero ha logrado reponerse y seguir adelante gracias a Ana Lequio, la pequeña que biológicamente es su nieta, pero sobre el papel es su hija, a la que acaba de bautizar y en la que está completamente volcada. Por ella se ha quitado el luto, y por ella vive, así de rotundo lo afirma cuando se le pregunta, es lo que le queda de su hijo, y vivir está segunda maternidad está siendo muy especial.
Tanto que, en este momento, a excepción de alguna incursión televisiva, se dedica casi por completo a ello, pues en las empresas familiares, donde antaño tenía un papel más activo, ahora está completamente desvinculada en cuanto a estructura organizativa se refiere, continúa siendo socia y teniendo sus participaciones, del mismo modo que el resto de sus hermanos, pero son ellos, en mayor o menor medida dependiendo de quién, quienes se encargan de la gestión de las mismas. Que no son pocas, pues su padre, Antonio García Obregón, fue un gran empresario, comenzó poco a poco y supo ver las oportunidades para ir haciendo crecer su patrimonio y su fortuna, tanto que sus hijos, desde el nacimiento, tuvieron casi la vida resuelta.
Las empresas de la familia de Ana Obregón
En la actualidad los Obregón tienen dos empresas. La primera de ellas es Promotorados SA, que se dio de alta en 1969, es decir, lleva en activo 54 años. Está domiciliada en Alcobendas, localidad madrileña donde se asienta la exclusiva urbanización La Moraleja, de la que el patriarca fue impulsor y en la que siempre han vivido, y lo siguen haciendo, sus cinco hijos. Está dedicada al alquiler de bienes inmuebles y desde 2015 los cinco hermanos son propietarios del 10% de la sociedad cada uno, y ahora también del 50% restante, pues al fallecer su padre, les corresponde por herencia directa.
Celia es quién tiene a su nombre registrado el cargo de presidenta de esta sociedad, y Juan Antonio, Javier y Amalia ocupar el cargo de apoderados. Como ya decíamos antes, Ana Obregón no pertenece a la administración, que se organizó así en 2018 y este año, en que se ha revisado, han decidido que quedase exactamente igual. Parece que la formula funciona, pues en 2022 han facturado casi medio millón de euros y mantienen un total activo de 3,9 millones.
La segunda es Niesa Nueva Inmobiliaria Española SA, que es la empresa con la que comenzó en su momento el proyecto de la urbanización anteriormente citada. Es la más antigua, se dio de alta hace 89 años, en 1934 y se dedica a la venta y alquiler de locales comerciales y terrenos En el mercado nacional. Igual que en el caso anterior, Celia es la encargada de la presidencia y el resto de los hermanos, a excepción de Ana que no ocupa cargo alguno, son apoderados. 2022 no fue su mejor año, registraron pérdidas de casi 300.000 euros, lo que en realidad no es un cifra excesivamente elevada si se tiene en cuenta que la sociedad está valorada en 3,7 millones de euros.
Y estos números, en entidades que llevan operando más de medio siglo, dejan claras varias cosas en referencia a Ana Obregón. La primera de ellas es que no necesita implicarse más, pues con esto, además de lo que ella ha ganado a lo largo de su vida y teniendo en cuenta que tiene propiedades a su nombre, tiene la vida más que resuelta, pero no solo ella, también la pequeña. Ya lo dijo Ana, no va a faltarle de nada, y dinero mucho menos, pero es que además ya está bautizada y tiene padrinos; Celia Vega-Penichet y a Giaccomo Ugarelli, prima y mejor amigo desde el colegio de Aless Lequio respectivamente. Y la tiene a ella, lo que se traduce en mucho amor, pues no cabe duda, es su máxima prioridad.