¡Qué mejor opción, si vas a estrenar un programa titulado Pasapalabra en familia, que llevarte a la tuya propia a la televisión! Christian Gálvezdebutaba en la franja de mediodía con su nuevo encargo: ocupar el hueco que ha dejado Cámbiame. Para ello, Pasapalabra se ha dado un lavado de cara y ofrece una versión sin celebrities pero con más emoción. Un reto para el que el presentador ha necesitado de su mayor apoyo: su propio padre...
Cuando Cámbiame empezó a flojear, los rumores apuntaban, en un principio, a un programa de cocina como sustituto del espacio. Finalmente, ha ganado el entretenimiento y una opción consolidada en la casa. Pasapalabra hace ahora doblete y ocupa el previo al telediario, tanto por la mañana como por la noche. Un notición para Christian Gálvez, que lleva ya diez años y más de 3000 programas aguantando el tipo con muy buenos datos.
Para esta ocasión, eso sí, Gálvez ha querido contar con alguien muy especial. Una persona que siempre ha estado ahí pero que nunca antes habíamos visto pisar un plató. ¿No se llama 'en familia'? Pues dicho y hecho. “Como es el primero de los especiales, he preparado una sorpresa”, explicaba el presentador. “Quería acompañarme de un miembro de mi familia y he traído... ¡a mi padre!”. Con un cariñoso 'vente, pollito', el presentador se acercaba a la grada. “Don Juan Carlos Gálvez”.
Con muchos nervios y cara de circunstancias, el padre del presentador bajaba hasta el centro del plató para echarle una mano a su hijo. “Estás más nervioso que los concursantes”, bromeaba Christian. ¡Normal! Su misión era muy sencilla, pero estar delante de las cámaras siempre da impresión. “Esta te la guardo”, la respondía el padre con sorna. Como era de esperar, todo fue sobre ruedas y no tuvo que hacer más que ir pulsando unos botones.
“Te quiero y te admiro”
No fue la única sorpresa del programa. Sin que el presentador supiese nada, Almudena Cid, su mujer, había grabado un vídeo para desearle toda la suerte del mundo. Christian no pudo evitar emocionarse con el momento. De repente, allí estaba, en el pantallón. “No podía faltar en este Pasapalabra en familia que comienzas”, le dijo la gimnasta. “Han sido diez años, 3.000 programas y ahora vuelves duplicando este Pasapalabra. Te deseo mucho éxito. Te quiero un montón, te admiro y sigo aprendiendo mucho cerca de ti”.