Charo Reina (62 años) ha estado esta tarde en el programa ‘Fiesta’ y se ha abierto en canal junto a la presentadora Emma García. Hace un mes, la cantante ya apareció en televisión y dejó ver su espectacular cambio físico tras perder 35 kilos. Algo de lo que hoy también ha hablado y con lo que está encantada. Pero más allá de esto, ha abordado otras cuestiones que han marcado los últimos años de su vida. El fallecimiento de sus padres, el deterioro de su relación con Isabel Pantoja o cómo ahora no tiene pareja son algunas de ellas. Además, ha aprovechado su presencia en el programa para hacer un importante llamamiento y para ello ha revelado el problema de salud mental que le llevó a ir a terapia psicológica.
La agorafobia que sufrió Charo Reina
Charo Reina le ha contado a Emma García que después de la pandemia, le diagnosticaron agorafobia. La cantante se ha remontado al momento en el que, debido a la pandemia, estuvo semanas encerrada en su casa. Cuando el encierro terminó, Charo ha confesado que “pedí ayuda en el momento en el que terminó, cuando voy a salir a la calle y entro en pánico. Era ver gente alrededor y lo que quería era huir de ahí”. La artista ha revelado que “me diagnosticaron una agorafobia”. Algo que pudo superar al tener tratamiento psicológico.
Charo Reina ha contado que “tuve tratamiento, ahora estoy bien ya pero la salud mental hay que cuidarla”. Y ha sido entonces cuando ha hecho ese importante llamamiento. “He decidido hacer saber lo que me pasó para mandar el mensaje de que la salud mental es muy importante y la tenemos que cuidar. Cuando te duele el alma hay que ir a pedir ayuda, y la ayuda es necesaria”, ha comentado para ayudar a dar el paso a quienes se identifiquen con ella y todavía no se hayan decidido a hacerlo.
Charo Reina recuerda el fallecimiento de su padre
A esto hay que sumar que Charo Reina vivió una depresión. La cantante ha hablado del fallecimiento de sus padres. En concreto ha contado que su padre murió hace unos años justo en el día de los enamorados. “El 14 de febrero estábamos los dos en casa y le dije qué quieres de comer. Y mientras yo le hacía las patatas fritas, él me dijo que se estaba poniendo muy malito de repente. Yo le dije que sería ansiedad, que estaba triste, estaba todo el día dándole besos a la foto de mi madre. Y le pregunté si quería una tila y me dijo no, quiero un abrazo. Él me abrazó, su mano cayó, y todo eso fue sumando”, ha comentado para después asegurar que “entré en una depresión terrible”.