Charli, indignado, intenta salvar a Lydia Lozano de una encerrona de Sálvame durante su confinamiento

Y esa 'sorpresa' no tardaba en ser revelada: en plató se encontraba su informador (y ahora 'archienemigo'), José María Franco. Sus nombres quedaban unidos después de que Lydia contara que Rocío Flores y su madre habían mantenido recientemente una aspera conversación por WhatsApp, información que la propia concursante de 'Supervivientes' y su padre, Antonio David Flores, desmentían al momento. 

Finalmente, con las pruebas aportadas el resto de días, se desveló que Lydia había sido engañada y que se trataba de una conversación falsificada. Sin embargo, el enfrentamiento entre ella y el chófer de Rocío Jurado se ha vuelto cada vez más bronco con su reputación en entredicho y en juego.

Si ya de por sí está siendo duro el confinamiento, en el caso de Lydia y con esta 'sorpresa', aún se le ha puesto más cuesta arriba. Por si fuera poco, sentado en plató también se encontraba Antonio David, uno de los afectados en esta controversia.

La inquietud y la angustia empezaba a hacer mella en Lydia, quien acababa poniéndose a gritar y a llorar, al ser informada de que José María Franco había aportado unos audios que podrían comprometerla y que el programa estaba dispuesto a emitir. "No entiendo nada", decía la periodista desde el salón de su casa. Sin embargo, un acontecimiento acababa focalizando la atención más allá de lo que estaba pasando en plató y el mal rato que estaba pasando Lozano.

Finalmente, Lydia, después de arremeter contra Kiko Matamoros y defenderse de la acusación de "falsa" de Franco, se ha comprometido a contar su verdad y contrarrestar los ataques del chófer. Antonio David se ha mostrado de acuerdo, pues cree que ella "también tiene que dar la cara". La situación no es, de momento, muy favorable para Lozano, pues José María Franco ha asegurado que "yo no quise que lo dijera, lo dijo ella porque quiso", acusándola de haberse convertido en "su voz".