Cayetano vende su parte de la marca Casa de Alba a su hermano Carlos Fitz-James

El hijo menor de la fallecida Cayetana se desvincula así de todo vínculo con la gestión de la Casa de Alba

Cayetano M. de Irujo y Carlos Fitz-James

Las fuertes tensiones entre Cayetano Martínez de Irujo y su hermano mayor Carlos Fitz-James, actual duque de Alba, han terminado por desvincular por completo al hijo mejor de la fallecida Cayetana –y, dicen, su favorito– con la marca Casa de Alba.

Cayetano ha vendido al primogénito de Cayetana su parte de la marca que comercializaba los productos gourmet que se elaboran a partir de la producción agrícola de las enormes fincas de la Casa de Alba. 300.000 euros es la cantidad que el duque de Alba ha valorado la parte de su hermano y, a cambio, se hará cargo del millón de euros de deuda que arrastraba la empresa, tal y como ha informado el portal Informalia.

La marca Casa de Alba fue creada en 2013, con el beneplácito de la entonces duquesa de Alba, y al frente de ella se puso Cayetano, eso sí, bajo la atenta mirada de su hermano Carlos, y con sus otros hermanos como socios. Al año siguiente, sin embargo, murió la duquesa y Carlos, su heredero, comenzó a dictar las nuevas normas en la Casa de Alba, una de las cuales pasaba por echar del palacio de Liria a sus hermanos Cayetano –que se había instalado allí tras separarse de Genoveva Casanova– y Eugenia, la menor de los seis hermanos.

Cayetano recogió sus cosas y montó su despacho en un edificio cercano al palacio madrileño. La mala relación con su hermano Carlos y sus problemas de salud han hecho que Cayetano se separara cada vez más de la familia. Su polémicas memorias, 'De Cayetana a Cayetano', aumentaron los problemas con sus hermanos. Solo mantiene una relación cordial con su hermano Fernando y, antes, con su hermana Eugenia, aunque esta, desde que se casó en Las Vegas con Narcís Rebollo, vive también algo apartada de sus hermanos.

Además, Cayetano se mostró muy resentido con su hermana por lo haberse preocupado lo más mínimo cuando ha estado ingresado. "No recibí ni un mensaje después de una operación de cuatro horas y media, ni en los 10 días en el hospital. Cuando llegas a eso, la perplejidad es muy grande. Ya lo estoy superando. Hay que pasar la página y seguir para adelante. No es un reproche, es lo que siento", dijo entonces.