A los vástagos del rey Carlos Gustavo de Suecia y la reina Silvia les ha dado un ataque de romanticismo o algo parecido. Si la pasada semana vimos al príncipe Carlos Felipe y a su mujer, Sofía Hellqvist, muy cariñosos durante un concierto que la cantante Molly Sanden celebró en el castillo de Borgholm, esta semana han sido la princesa heredera, Victoria, y su marido Daniel Westling, quienes se han mostrado de lo más acaramelados en el mismo lugar: una de las columnas del castillo de Borgholm, en la isla de Öland. En esta ocasión, actuaba el grupo sueco de hip hop Hov1, uno de los de mayor éxito en aquel país escandinavo, y les acompañó su hija mayor Estelle.
A diferencia de la relación de su hermano Carlos Felipe y su cuñada Sofía –quienes nunca han mostrado la más mínima duda de su amor–, la de Victoria y Daniel sí ha pasado por algunos altibajos. De hecho, hace cinco meses que los medios de aquel país empezaron a hacerse eco de una grave crisis del matrimonio. Los rumores eran cada vez más fuertes hasta el punto de que, primero fuentes de palacio, y después la propia princesa y su marido tuvieron que emitir un rotundo desmentido acerca de una supuesta separación.
"Ha llegado a nuestro conocimiento que hay un extenso rumor negativo difundido con respecto a nuestra relación privada. Se están difundiendo acusaciones sobre traición en la relación y un divorcio inminente. En casos normales, no comentamos sobre rumores y especulaciones. Pero para proteger a nuestra familia, queremos dejar claro, de una vez por todas, que los rumores que ahora se están difundiendo son completamente infundados", decía el comunicado firmado por Victoria y Daniel.
Pese al comunicado, algunos medios siguieron insistiendo en que tan solo era un desmentido de cara a la galería, pues de puertas para adentro las cosas seguían estando mal entre ellos. Incluso se les pudo ver discutiendo mientras creían que no eran observados, actitud que cambió en cuanto vieron a las cámaras.