Victoria Federica hace piña con su padre, Jaime de Marichalar, en un exclusivo evento

Padre e hija acuden al desfile de Dior en París dando una lección de complicidad y estilo

Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Actualizado a 6 de julio de 2021, 12:15

GTRES.
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Mucho se ha hablado y se ha escrito de la conflictiva relación de Victoria Federica y su madre, Elena de Borbón. La hija más joven de la infanta ha hecho palidecer la leyenda de su hermano, que parecía el díscolo de los sobrinos del rey. Hasta que Vic entró en juego. Las continuas salidas nocturnas de la estudiante, saltarse las normas covid impuestas o los desplantes a su progenitora han sido motivo de titulares en los últimos años. En cambio, acerca de su relación con su padre, Jaime de Maricharlar, casi nada se ha dicho. O, si se ha escrito, todo han sido parabienes. Y es que padre e hija parecen tener una enorme conexión, como se ha podido comprobar en el desfile de Alta Costura de Dior, una de las citas más exclusivas para la moda parisina.

Jaime de Marichalar, ligado desde hace años a la industria del lujo y con un estilo a medio camino entre el dandy más clásico y la moda más excéntrica, fue invitado por la casa creada por Christian Dior a su último desfile. La industria de la moda vuelve a activarse y los desfiles, con un aforo más reducido, eso sí, han sido los últimos en volver a ser lo que eran. O casi. Debido a que ahora son menos los invitados, estos eventos se han vuelto aún más exclusivos, por lo que a acudir a uno es un verdadero honor. Y, sabiendo esto, ni el exmarido de la infanta ni su descendiente podían perdérselo.

Y si Marichalar ha sabido encontrar un estilo que le defina, bastante más pronto lo ha conseguido su hija. Victoria Federica ha hecho del boho pijo su bandera. Ya sabéis, que si un kimono combinado con mocasines por aquí, unos pantalones rotos y un bolsazo por allá… y justo eso fue lo que ‘sirvió’ a las cámaras de la prensa acreditada al eventazo del día. Camisa masculina medio sacada para restar seriedad, americana por los hombros, vaqueros hechos trizas y su punto fuerte: los complementos de lujo. Bolso icónico de Dior en modelo Saddle y zapatos joya. Su trenza, que durante años también fue el peinado icónico de su madre, coronaba un look simplemente perfecto. Correcto, elegante y cien por cien ella. Vic, en lugar de una universitaria, parecía una ‘insider’ de la moda, alguien con cayo en esto de visitar pasarelas y que maneja a la perfección los códigos de estos eventos. Su padre habrá estado orgullosa de ella. ¿Su madre? Quizás habría preferido verla montando a caballo. Ella ya parece haber elegido.

Victoria Federica y Jaime Marichalar dan una lección de estilo y complicidad en la semana de la moda en París

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