Los Reyes iniciaban la semana en Austria, un viaje que aunque fugaz ha dado para mucho... Don Felipe y doña Letizia llegaban a la ciudad austriaca a media mañana y alrededor de las 13.00 horas comenzaban su periplo por Viena. Varias reuniones de trabajo en la sede de la Presidencia Federal Austriaca, presidir la inauguración de la exposición 'Dalí y Freud Una obsesión' en el Museo Belvedere y asistir a la ofrenda floral en memoria de las víctimas del nacionalsocialismo eran sus únicos compromisos oficiales. Sin embargo, han sido sorprendidos con algún que otro inesperado detalle.
Al margen de sus apariciones públicas, los Reyes disfrutaron de una comida con toque made in Spain gracias al gazpacho. Aunque después tuvieron la oportunidad de degustar lo mejor de la región: lucioperca del lago Neusiedl y lomo de venado de los bosques de Viena, así como el clásico strudel de manzana de postre. Pero la cosa no se quedaba ahí, tras el almuerzo hacía su aparición una tarta sacher para celebrar el cumpleaños de don Felipe. Eso sí, desconocemos si tuvo que soplar las velas.
Al margen de la comida, el detalle que más ha llamado la atención es que don Felipe abandonó Viena con un inesperado regalo. Alexander Van der Bellen y la primera dama Doris Schmidauer quisieron tener un detalle con el monarca con motivo de su 54 cumpleaños el pasado domingo. El presidente le entregó una raqueta de tenis en color rojo y blanco, un símbolo doble a nuestro país después de la victoria de Rafa Nadal en el US Open de Australia.
Un viaje exprés que duró alrededor de siete horas y con el que los Reyes han inaugurado su agenda internacional conjunta. Será este miércoles cuando volveremos a ver a doña Letizia ya en Madrid haciendo frente a sus diversas reuniones.