Desde que Meghan Markle y el príncipe Harry decidieron separarse de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, los movimientos de ambas parejas por separado se miran con lupa. Un paso muy importante en su distanciamiento fue la apertura por parte de los duques de Sussex de su propia cuenta de Instagram.
En un principio, ‘los cuatro fantásticos’, como se les conoce en Reino Unido, compartían la cuenta @KensingtonRoyal. Algo que continuó hasta 2019, cuando Meghan y Harry irrumpieron por la puerta grande en Instagram con @SussexRoyal. Un perfil que batió el récord Guiness como el que más rápido había llegado al millón de seguidores, apenas cinco horas. Eso sí, no les duró mucho, porque Jennifer Aniston se lo robó hace poco.
La progresión de la cuenta de los duques de Sussex fue tal, que los analistas pensaron que superarían en poco tiempo a Kate Middleton y el príncipe Guillermo. Sin embargo, esto no ha sucedido. Los duques de Cambridge se han mantenido por delante a pesar de gozar de menos popularidad en Google.
Un misterio que ha llevado a ‘The New York Times’ ha realizar una extensa investigación sobre lo que ha podido suceder ya que, aunque los duques de Sussex tienen menos seguidores, consiguen más interacciones. Según los expertos consultados por la mencionada publicación, Kate Middleton y el príncipe Guillermo se podrían haber beneficiado de la popularidad de la otra pareja. Sin embargo, también cabe la posibilidad de que hayan producido compras masivas de cuentas bot, es decir, seguidores falsos.
La compra de seguidores la puede llevar a cabo cualquier persona. Todo para intentan consolidar a @KensingtonRoyal como la cuenta más relevante de la familia real británica. Aunque sin dudas, la teoría de la conspiración que más popularidad tiene es la que apunta que detrás de todo esto estarían Meghan y Harry.
“Si de verdad quieres estar en una posición de poder y manipular la presencia de la gente en redes sociales, puedes pasarte un rato inflando intencionadamente la presencia de otra persona, siendo una especie de títere”, ha asegurado a la publicación el consultor de marketing David Berkowitz: “Y entonces empiezas a quitárselo todo”.