Su agenda siempre ha sido una de las más ricas dentro de la realeza europea, y desde que comenzó 2020 algo ha cambiado. Máxima de los Países Bajos ha acudido a dos actos oficiales en lo que va de año, un cambio que ha extrañado mucho a los medios del país, así como a los holandeses.
Casi a mediados de mes, la esposa de Guillermo de Holanda ha acudido únicamente al estreno de Frida, en el Dutch National Ballet de Amsterdam, y no será hasta el próximo 18 de cuando se la vuelva a ver en un compromiso oficial junto al rey Guillermo. Una semana después, el próximo día 25, protagonizará el posado familiar en la estación de esquí de Lech y, tras este encuentro con la prensa, en principio no se volverá a ver a la soberana hasta 10 de marzo, cuando los Reyes hagan una visita de Estado a Indonesia.
Este ritmo de agenda -tres apariciones en casi dos meses- no es común en Máxima de Holanda. Su ausencia está siendo compensada con el calendario oficial de su marido, el rey Guillermo, sus cuñados, los príncipes Constantino y Laurentien, e incluso la tía del monarca, la princesa Margarita. A esta situación se le suma la afirmación de algunos medios del país de que la reina no aparece ni con su mismo aspecto ni actitud ni sonrisa, algo que ha dado la voz de alarma sobre el estado de salud de la royal.
Aún sin confirmarse ningún incidente desde la Casa Real, hay que recordar que Máxima compagina su trabajo institucional en la corona holandesa con su papel como Asesora Especial de la ONU, un cargo que le supone mucho más tiempo y esfuerzo, con tres o cuatro viajes mínimos al año a diferentes países, además de las reuniones periódicas en la sede de la organización en Nueva York con el Secretario General, Antonio Guterres. Sin embargo, parece que la soberana ha cancelado el último viaje que tenía previsto, lo cual ha ayudado a las alertas salten entre la prensa, ya que es un papel en el que se ha implicado al máximo durante estos diez años.
Tal y como confirman algunos periodistas dedicados a la agenda oficial de la esposa del rey Guillermo, "hay signos evidentes de fatiga y su peso ha estado fluctuando constantemente en los últimos meses". Su edad -el año que viene cumplirá 50 años-, podría ser uno de los motivos de esta reducción de agenda, sin embargo también se achaca a otras causas: "Después de la muerte de Inés, claramente dio un paso atrás. Ha trabajado muy duro en los últimos años y ella se lo ha comentado a su círculo más cercano. Por eso ha bajado un poco el ritmo".