No cabe duda de que, en cuestiones de estilo, la reina Máxima de Holanda lleva la delantera con respecto a la mayoría de sus homólogas en Europa. Sin miedo a arriesgar, a lucir llamativos colores y a escoger complementos de lo más originales y personales, la esposa del rey Guillermo no deja de sorprender en ninguna de sus apariciones públicas.
Sin embargo, la soberana llamaba la atención la mañana de este martes, no tanto por su estilismo, sino por la manera de llegar a una de las citas que cubrían su agenda del día: la reapertura del Museo de Arte de La Haya.
Enfundada en un look monocromático compuesto por dos piezas en tono amarillo -una blusa vaporosa y un pantalón de estilo capri-, Máxima se convertía en una ciudadana holandesa más desplazándose desde el Palacio Huis ten Bosch hasta el Museo de Arte pedaleando sobre una sencilla bicicleta.
Concentrada en el recorrido pero sin perder la sonrisa, la esposa de Guillermo de los Países Bajos no ha prescindido de los complementos que siempre la caracterizan: unos pendientes XXL en forma de aro en color amarillo, así como un cinturón tipo cuerda anudado sobre su blusa, con el que marcaba su cintura. Eso sí, en esta ocasión, y para mayor comodidad a la hora de dar pedales, ha cambiado sus zapatos de tacón por unas cómodas bailarinas a tono con su estilismo.
Máxima de Holanda acudía esta mañana a la reapertura del Museo de Arte de La Haya después de que, con motivo del confinamiento provocado por la crisis sanitaria mundial, haya permanecido cerrado al público desde hace once semanas.
A su llegada, la reina de los Países Bajos se ha mostrado tan entusiasmada como cercana, dos adjetivos que caracterizan todos los compromisos y citas que atiende en su intensa y ajetreada agenda particular, y que ha mantenido durante la visita realizada a las obras más representativas y valoradas del citado centro de arte.