Mientras no hay ni rastro de las vacaciones de los duques de Sussex ni de los duques de Cambridge, y mientras Isabel II atiende sus últimos compromisos laborales antes de poner rumbo a Balmoral, hay algunos miembros de la familia real británica que sí se dejan ver durante sus días de descanso.
Esta vez los que se han dejado fotografiar durante una actividad de lo más familiar han sido los condes de Wessex, una estampa nada habitual. Eduardo de Inglaterra, el hijo pequeño de la reina Isabel II, y su mujer Sophie apenas se muestran en público, por lo que esta aparición ha resultado muy significativa.
Su última aparición fue hace algo más de un mes en el Royal Ascot, un acto oficial. Esta vez ha sido diferente por tratarse de un plan familiar. Los condes de Wessex han acudido junto a sus dos hijos, Lady Louise y James, al zoológico de Bristol.
Los cuatro se han mostrado muy unidos y han disfrutado de los animales. Han interactuado con las jirafas, han prestado mucha atención a las explicaciones del personal del zoo y han paseado dando muestra de la complicidad que tienen.
Para la ocasión la familia ha lucido atuendos veraniegos y al mismo tiempo elegantes. El príncipe Eduardo y su hijo han optado por chaqueta y pantalón mientras que Sophie y Louise se han decantado por un vestido y una falda vaporosos para combatir el calor.
De esta forma han transmitido una imagen positiva, algo que no siempre logran. La obsesión por su privacidad, los rumores de crisis de hace unos años o los comentarios que ponen en duda la sexualidad de Eduardo de Inglaterra son algunos de los temas que siempre rodean a los duques de Wessex.