La reina Letizia (50 años) estuvo ayer en Menorca. Junto al rey Felipe VI (54 años), viajó hasta la isla para llevar a cabo diferentes apariciones. Un paseo por la ciudad, la inauguración de una farmacia muy especial para ellos y un acto de inauguración fueron algunas de las actividades que llevaron a cabo. Esta fue una de esas ocasiones en las que don Felipe y doña Letizia muestran su lado más distendido. Hay eventos y reuniones en los que se limitan al llegar a lugar en el que se celebran y a estar con el resto de asistentes. Pero en esta ocasión, también tuvieron oportunidad de saludar a quienes les esperaban en la calle.
Fueron muchos los curiosos que esperaron en las calles de Menorca para ver a los reyes Felipe y Letizia. Así que ellos, durante su paseo por la isla, no dudaron en acercarse a los curiosos y fue aquí donde dieron buena cuenta de su lado más espontáneo. Tanto, que la reina Letizia volvió a romper el protocolo. Tan cercana estuvo con los que querían saludarla, que incluso se hizo un selfie con una de las señoras que estaba allí. Doña Letizia se paró junto a la mujer e incluso se puso a ayudarla con el manejo del teléfono móvil para hacerse esa foto juntas. Algo a lo que hay que sumar que charló de forma distendida con otros de los ciudadanos a los que se acercó durante su paseo.
Con esto, la reina Letizia sacó a relucir su versión más distendida y turista. Algo que también fue acorde con su look. Doña Letizia firmó un conjunto relajado con el que se hizo en las rebajas de Mango. Un vestido estampado de estilo boho, un abrigo y unos botines fueron su elección para este día en Menorca en el que no dudó en volver a saltarse el protocolo para acercarse a la gente.
Otras ocasiones en las que la reina Letizia ha roto el protocolo
Esta no es la primera vez que la reina Letizia rompe el protocolo. Son varias las veces en las que ha dejado a un lado las normas institucionales para mostrarse cercana con los ciudadanos. Entre ellas, cuando hace unos meses, a las puertas de la embajada española en Londres, se acercó a quienes esperaban a las puertas y charló amigablemente con ellos. También cuando hace unos meses se levantó del asiento que ocupaba en un acto para abrazar a una anciana que le pidió este gesto. En noviembre, también se lo saltó para saludar a un amigo con el que se encontró en un acto con un sentido abrazo. Con todo esto, la reina Letizia pretende mostrar de vez en cuando su lado más humano.