Rosas y espinas para Mary Donaldson: el duro camino que ha recorrido la mujer de Federico de Dinamarca en sus 52 años

La australiana se casó en mayo de 2004 con Federico X, padre de sus cuatro hijos, pese a la oposición de la entonces reina Margarita

Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Mary de Dinamarca
Gtres

Este lunes 5 de enero, Mary de Dinamarca celebra su 52º cumpleaños, que además es el primero que festeja como reina consorte de Dinamarca. Y es que hace apenas unos días, su marido, Federico X, ascendía al trono de su país tras la inesperada abdicación de Margarita de Dinamarca. El asunto se precipitó a raíz de la publicación en ‘Lecturas’ de unas fotografías en las que se veía a Federico paseando por las calles de Madrid junto a la mexicana Genoveva Casanova. El escándalo empujó a la entonces reina a acelerar el proceso de abdicación para asegurar la continuidad de la monarquía, que según los últimos sondeos goza de gran popularidad en el país nórdico.

La periodista Pilar Eyre contó recientemente que el ascenso al trono de Federico era "la única forma" de que Mary continuara manteniendo una relación sentimental con su esposo: "Cuando huyó a Australia, Margarita envió a un consejero para comunicarle su propósito de hacerla reina y solo entonces Mary cambió de parecer y decidió que le compensaba fingir que aceptaba la explicación de su marido: que no había pasado nada".

Nacida en Hobart, Mary es la menor de cuatro hermanos criados en el seno de una familia formada por un profesor de matemáticas y una asistente ejecutiva. Estudió derecho y comercio en Tasmania, y luego se trasladó a Melbourne para trabajar como becaria para la agencia DDB Needham. En 1997 sufrió uno de los grandes reveses de su vida al perder a su madre, fallecida inesperadamente durante una intervención de corazón, y en 1999 fue nombrada directora de cuentas de la agencia internacional de publicidad Young & Rubicam en Sídney.

Cambio radical

En junio del año 2000 la contrataron en una pequeña agencia de publicidad australiana. Allí trabajaba de hecho cuando el actual rey de los daneses se cruzó en su camino durante los Juegos Olímpicos de Sídney. Su primer encuentro se produjo en el pub Slip Inn y rápidamente iniciaron un romance secreto a distancia. Según las crónicas, Federico viajó a Australia varias veces al año siguiente, y no tardó demasiado en invitar a su novia a trasladarse a Copenhague. 

Federico y Mary Donaldson
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Antes de la mudanza, Mary contrató a un asesor de estilo para comenzar su preparación como princesa y se puso a perfeccionar el danés con cursos intensivos. En octubre de 2003 se anunció formalmente su compromiso, y en mayo de 2004 los enamorados se casaron por todo lo alto en la catedral de Copenhague, pese a la oposición inicial de la reina Margarita, que tardó un tiempo en aceptar el hecho de que su nuera fuera una simple abogada australiana.

Fue después del bodorrio cuando los actuales reyes de Dinamarca tuvieron cuatro hijos: Christian, Isabelle, Vicent y Josephine. Además de dedicar tiempo a la educación de las criaturas, Mary ha trabajado en varias causas humanitarias, entre ellas los derechos de las mujeres y de las personas del colectivo LGTBI. "Siempre he tenido un fuerte sentido de la justicia. Todo el mundo debería tener las mismas oportunidades, sin importar de dónde venga", confesó en una entrevista en 2022.

Rumores incesantes

Aunque pronto hizo acto de presencia un goteo incesante de rumores sobre la supuesta faceta de mujeriego de Federico. Se llegó incluso a publicar que el monarca pagó una vez 7.000 euros a una mujer para que silenciara su falta de lealtad. Mary no ha querido entrar de lleno en su fama de esposa cornuda resignada por amor, pero en una reciente entrevista sí confesó que ha sufrido depresión: “El dolor, si no lo procesas, se puede convertir en un duelo complicado que afecte a tu calidad de vida, a tu salud”.

En cualquier caso, no tiene pinta de que la pareja se esté planteando la separación. Es más, ambos han querido callar bocas con gestos como el del otro día, cuando Federico X se asomó al balcón del Parlamento danés para ser aclamado como monarca por sus conciudadanos y le plantó a su esposa un beso que, a ojos de la prensa europea, parecía totalmente "planificado y no espontáneo". Juntaletras malpensados.