Si había una festividad importante durante el reinado del rey Juan Carlos, ese era su santo, San Juan, festejado el 23 de junio en toda España. Una tradición de la familia Borbón, que celebraban más las onomásticas que los propios cumpleaños y que llegó a su fin en 2010. El rey emérito organizaba una fiesta por todo lo alto que tenía lugar en los jardines del Campo del Moro, frente al Palacio Real.
Estas megafiestas contaban con lo más selecto de la alta sociedad: políticos, empresarios, militares, periodistas, deportistas, artistas... y, por supuesto, familia real, un desfile de más de 3.000 invitados dispuestos a comer, beber y pasárselo bien. Caras conocidas que si han gozado de este despliegue fueron la duquesa de Alba o Isabel Preysler, entre otros.
Al parecer, las críticas por la frivolidad del evento, el desvarío de lo que allí sucedía y una "distante" relación en el matrimonio real obligó a la Casa del Rey a suspender la celebración en 1992 por no querer "recargar más la agenda" muy activa en aquella época por la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona.
Después, la muerte de don Juan, padre de Juan Carlos, en abril de 1993, trasladí el festejo del Campo del Moro por una sobria recepción en el palacio de La Zarzuela. Y, finalmente, esta reunión también se erradicó en 2010 por un accidente en el que murieron doce jóvenes en Castelldefells, y desde aquel día, nunca ha vuelto a celebrarse públicamente.