Los repudiados de los Juegos Olímpicos de París: las ausencias que han decretado los reyes Felipe y Letizia

La férrea estructura que marcaron los reyes Felipe y Letizia para la Familia Real ha dejado fuera de los Juegos Olímpicos a miembros de la casa a los que hubiese encantado asistir

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Letizia
GTRES

Si las circunstancias fuesen otras, los invitados también lo hubiesen sido. Cuando el rey Felipe llegó al trono dejó muy clara la estructura que iba a formar parte de la Familia Real. Tan solo la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía eran miembros de Casa Real. Sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, mantenían el título de reyes pero no sus funciones de representación. Al menos, en el caso del ex jefe de Estado. La reina emérita sí ha continuado al lado de su hijo y acude de forma regular en su nombre. Del resto de la familia, nada que añadir.

Los Juegos Olímpicos de París han dejado imágenes para la posteridad. La Familia Real se ha volcado en acompañar y animar a la delegación española. Han vibrado con ellos, han celebrado sus triunfos y lamentado sus derrotas. Han realizado un despliegue nunca visto y que a muchos ha recordado a los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Poco tiene que ver la Familia Real de ahora con la de entonces. Pero, ¿qué hubiese pasado de no haberse producido todos los escándalos de los últimos años?

La ausencia de las infantas Cristina y Elena

La Familia Real, hasta que llegó la reina Letizia, era una devota del deporte. El rey Juan Carlos se dedicaba a la vela y al esquí. Pasiones que transmitió a sus hijos. Era habitual verles surcando los mares de jóvenes o deslizándose por la nieve. Tanto el hoy emérito como Felipe, Cristina y Elena disfrutaban del ejercicio al aire libre. El deporte era uno de los pilares de representación de la Casa Real y se lo tomaban muy en serio. Esto con la llegada de Letizia fue cambiando. A la reina nunca le ha interesado ni la vela ni el esquí y tampoco a sus hijas. Ahora las miras de la Familia Real van hacia otro lado.

Las infantas Elena y Cristina hubiesen estado más que encantadas de acudir a París. La mayor de las hijas de los reyes eméritos ha dedicado y sigue dedicando parte de su vida a la hípica. Es su deporte favorito y podemos verla habitualmente montando a caballo. En estos Juegos Olímpicos, ningún miembro de la Casa Real ha querido asistir a las competiciones de esta disciplina. Tal vez resultaba demasiado llamativo conociendo la afición de la hermana mayor del rey.

También la infanta Cristina ha estado ligada al mundo del deporte. Tanto por interés como por matrimonio. Cuando la hija de los reyes conoció a Iñaki Urdangarin era una de las estrellas de la selección de balonmano. Una leyenda en el equipo que se fue diluyendo. Juntos formaban la pareja de moda. El deporte era su pasión y lo vivían intensamente. Qué duda cabe que si no hubiese ocurrido todo lo que ha pasado con Urdangarin, este habría compartido palco durante las finales de los equipos.

Ninguno de los sobrinos de los reyes Felipe y Letizia

En otros tiempos, no hubiese sido tan extraño. Han sido muchos los rostros populares que se han trasladado a París para asistir a los Juegos Olímpicos. Más allá de los miembros de Casas Reales, hemos visto a actores, influencers, exdeportistas, empresarios, todos han querido acompañar a los atletas y vibrar con sus gestas. ¿Dónde estaban los sobrinos de los reyes Felipe y Letizia? De vacaciones, es cierto.

Llama especialmente la atención que ni siquiera Pablo Urdangarin haya pasado por el estado olímpico. Es el único miembro de la familia del Rey que se dedica de forma profesional al deporte y que vive de ello. El hijo de la infanta Cristina ha seguido los pasos de su padre y destaca en el balonmano. Claro que su presencia en París hubiese acabado generando tantos titulares que siempre resulta mejor evitarlo.

Y ni rastro del rey Juan Carlos

El rey emérito se encuentra desaparecido. Es de suponer que permanece en su residencia de Abu Dabi y se refugia de las altísimas temperaturas del verano. Con todo, la ausencia del rey Juan Carlos en las últimas semanas es llamativa. Ni siquiera ha aparecido en España, lugar al que cada vez acude con más frecuencia. Incluso sus últimas visitas a Sanxenxo han pasado más desapercibidas. La ausencia de miembros de la Familia Real también lo facilita.

No ha tenido Juan Carlos ninguna presencia en los Juegos Olímpicos. A diferencia de la reina Sofía, que sí acudía este pasado domingo a la clausura, el rey emérito ni estaba ni se le esperaba. No sería la primera vez que Juan Carlos pone en jaque a su hijo Felipe con sus decisiones de última hora. Los desafíos del rey emérito son ya también habituales. No obstante, en esta ocasión, ha optado por permanecer en silencio y completamente desaparecido.