La cena de la que disfrutó ayer la familia real en Mallorca ha dejado ver el lado más distendido de los reyes Felipe y Letizia, de la reina Sofía, de la princesa Leonor y de la infanta Sofía. Cada año, cuando hacen esta tradicional aparición en Mallorca, dejan momentos muy destacados. Uno de los que hay que destacar de esta vez es la complicidad que se ha visto entre la reina Sofía y la hija pequeña de los Reyes.
Durante el paseo que han dado por las calles de Palma, abuela y nieta han presumido de su buena relación. Mientras la princesa Leonor ha estado más cerca de Irene de Grecia, que también se ha sumado a este plan familiar, ha sido la infanta Sofia la que no se ha separado de su abuela. A ambas se les ha podido ver manteniendo una conversación de lo más distendida y la infanta Sofía no ha dudado en agarrar a su abuela del brazo para este paseo con el que han puesto punto y final a sus días juntas en Marivent. Un paseo durante el que la sonrisa de la reina Sofía, que también ha estado en todo momento al lado de su hijo, ha sido constante.
Después de este paseo familiar en el que ha dado muestra de su buena sintonía con sus nietas, en especial con la infanta Sofía, la madre de Felipe VI puede presumir de haber firmado uno de sus veranos más familiares de los últimos años. Porque además de estar en Marivent con su hermana Irene de Grecia y ahora haber pasado unos días junto a su hijo, nuera y nietas, antes de la llegada de la familia real a la residencia de verano también pudo disfrutar de sus hijas y de otros de sus nietos. La infanta Elena, la infanta Cristina y algunos de sus hijos estuvieron allí junto a doña Sofía.