La reina Sofía (84 años) ha vuelto a aparecer para presidir el premio que lleva su nombre. La madre de Felipe VI (55 años) se ha desplazado hasta la Universidad de Salamanca para entregar a Gioconda Belli, poeta y novelista, la XXXII edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Durante la entrega del galardón, la exmonarca ha charlado alegremente con la escritora y han compartido varias risas espontáneas.
Para la ocasión, la reina Sofía ha apostado por lo seguro y ha escogido su combinación favorita: un traje fluido de dos piezas. La parte de arriba estaba conformada por una blazer marrón oscuro, casi negro, con una blusa de color champán debajo. La parte de abajo constaba de un pantalón del mismo estilo, color y tela que la americana. Unos salones negros muy cómodos cerraban su outfit, junto con un llamativo broche formado por varias borlas de tela en colores parecidos a los del traje y el top interior.
Estos premios son especialmente importantes ya que no solo reconocen el valor de la poesía española y portuguesa, sino que también dota al ganador de 42.100 euros. En el caso de Belli, los jueces han destacado “su significación en la cultura contemporánea de Nicaragua reforzando el prestigio de uno de los grandes países de la lírica hispanoramericana”.
Imparable en público, destrozada en privado: las contradicciones de la reina Sofía en sus últimas apariciones
Este ha sido uno de los muchos actos a los que ha acudido la reina Sofía en las últimas semanas. Una agenda imparable en la que la esposa del rey emérito ha dejado entrever algunas contradicciones: alegre y eufórica en público, destrozada en lo privado. Aunque estás actitudes sorprenden podrían tener una explicación.
Por un lado, 2023 no está siendo el mejor año para la reina. Su núcleo duro ha empezado a romperse con el fallecimiento de Constantino de Grecia el pasado enero y con el "mal del olvido" que experimenta su hermana Irene. Sus hermanos eran las personas donde la madre de la infanta Cristina se refugiaba. Allí donde se sentía ella misma. Un vínculo forjado por sus constantes viajes en el exilio. Ni los años ni la formación de familias propias los alejaron o enfriaron su relación.
A esto se suma algunas situaciones que no le habrían sentado demasiado bien, como la ausencia de Victoria Federica en el cumpleaños privado de su prima Leonor o tener que ausentarse de la jura de la Constitución de su nieta para no afear la ausencia del rey emérito.
A pesar de esta pena que la persigue, la reina ha sabido sobreponerse y ha seguido adelante con su agenda de compromisos. Es por eso que, en sus últimas apariciones la esposa del rey emérito se ha mostrado más animada y receptiva. Seguro que la reciente reunión con todos sus hijos y casi todos sus nietos durante el cumpleaños de Leonor ha hecho sentir mejor a la reina. Más apoyada, comprendida y vista. Para algunos podría ser un reencuentro algo incómodo, pero para ella era el evento que llevaba esperando desde hacia mucho tiempo.
También, no sería de extrañar que esta agenda non-stop sea una forma de mantenerse entretenida y ocupada. Tener su mente focalizada a cosas concretas y que necesitan su atención. Una forma, al fin y al cabo, de dejar de lado el profundo dolor que está padeciendo desde que empezara el año.