La reina Letizia sigue una línea muy marcada con respecto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tanto en su educación como en su preparación, y ahora en su agenda institucional que cada vez tiene más relevancia. La mujer de Felipe VI, siempre recta y profesional en su papel como reina consorte de España, tiene siempre muy en mente el importante papel de sus hijas en el presente y el futuro de la Corona española y en cada una de sus apariciones públicas deja claro, aun de forma velada, el camino que las niñas tienen que seguir para que todo salga como dicta el protocoloestudiando cada gesto y cada movimiento a sabiendas del importante papel que defienden a pesar de su juventud. Pero sus gestos la delatan.
Así ha vuelto a ocurrir este lunes, en la misa homenaje a las víctimas del Covid-19, a la que el matrimonio real ha acudido con la heredera al trono, Leonor, y su hermana, la infanta Sofía. Las niñas, como es habitual en ellas, han tenido una actitud exquisita en este acto tan solemne marcado por marcadas medidas de seguridad, como la distancia entre los asistentes.
Así, a su llegada al templo, doña Leonor no se ha separado de su padre, el rey, mientras que Sofía se ha mantenido un paso atrás de su madre, doña Letizia, en todo momento. Ha sido en un momento de la entrada al lugar donde se ha celebrado la ceremonia eclesiástica donde la reina con una mirada ha marcado el camino a seguir por sus hijas muy pendiente de cada uno de sus gestos.
La familia real, todos de riguroso negro y ataviados con mascarilla, han sido recibida por las autoridades a los que han saludado manteniendo la distancia de seguridad de dos metros. Leonor, como es habitual en ella, no ha dejado de sonreír mientras que su hermana Sofía, al igual que su madre, doña Letizia, han mantenido una actitud mucho más regia en todo momento.