La reina Letizia ha puesto fin a esta semana de trabajo que le ha llevado hasta Honduras con un acto simbólico de gran peso afectivo. Los Reyes reaparecían esta misma mañana en la Plaza de los Sagrados Corazones de Madrid con motivo de la inauguración del monumento en memoria y reconocimiento de los sanitarios fallecidos durante la pandemia. 

Presumía ser un acto sobrio (estilísticamente hablando) dada la temática y la reina Letizia así lo ha corroborado. La mujer de Felipe VI se ha bajado de los tacones, ha sacado del armario uno de sus abrigos más comedidos y se ha recogido el pelo.