Tras su viaje exprés a Senegal, la reina Letizia retomaba este miércoles su agenda oficial presidiendo la gala del COI en la que se homenajeó a los medallistas de Tokyo 2020. Para la ocasión, eligió uno de sus vestidos con más brillo de su armario, un dos piezas firmado por Nina Ricci con el que volvió a dar todo el protagonismo a sus tonificados brazos. La reina Letizia puede presumir de mantener una condición física excelente, llegando a 'competir' con los propios olímpicos homenajeados, y que son el resultado de mucho trabajo y unos hábitos saludables estrictos.
Si hablamos de brazos tonificados, nuestra mente se traslada irremediablemente a la reina Letizia. Su figura atlética ha sido motivo de un torrente de comentarios pero, si una cosa es cierta, a la mujer de Felipe VI le gusta presumir de esta parte de su anatomía en cada uno de sus actos, como durante su reciente viaje de Estado a Suecia, donde a pesar del frío, los ha lucido en público, y en la gala del COI.
A sus 49 años recién cumplidos, la reina Letizia tiene un envidiable físico del que tenemos todas las claves. Fue en el año 2017 cuando la prensa internacional se fijó por primera vez en los brazos de la mujer de Felipe VI y, desde entonces, se han escrito todo tipo de artículos al respecto. Desde rutinas para conseguir los mismos hasta hábitos de alimentación saludables, la consorte se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchos.
Para conseguir estos admirados brazos firmes y vigorosos, con los que proyecta juventud, fuerza y vitalidad, la reina Letizia sigue a rajatabla una rutina de ejercicios y alimentación que, según asegura su entorno más cercano a ‘LOC’, a veces parece casi obsesivo. Tal y como publica ‘El Español’, la mujer de Felipe VI practica yoga, zumba y bici estática, además de entrenar en el gimnasio de su residencia en Zarzuela de forma habitual.
Pero no solo con el ejercicio físico es suficiente. La reina Letizia también sigue una dieta saludable que también ha impuesto a su círculo más cercano, como es el caso de sus hijas Leonor y Sofía. La consorte huye de las grasas y dosifica al máximo el consumo de azúcar. Tampoco consume ni una gota de alcohol, ni tan siquiera durante los almuerzos oficiales, donde la mujer de Felipe VI brinda pero no bebe de su copa.
Una constancia en el trabajo y la alimentación con el que la reina Letizia ha conseguido lucir en público los bíceps más admirados dentro del universo royal.