El glamour de las cenas de gala ha vuelto al Palacio Real con motivo de la visita del presidente de Italia, Sergio Mattarella, y de qué manera... La reina Letizia se convirtió una vez más en la protagonista de la velada y es que era imposible quitarle el ojo de encima al verla en su versión más sexy y sofisticada. Para la ocasión, la mujer de Felipe VI se decantó por un elegante y sencillo vestido negro de tirantes y pronunciado escote corazón, un diseño firmado por Giorgio Armani en homenaje a sus invitados con el que ha confirmado que una Reina también puede ser sexy.
Se trataba de un vestido de gala que no habíamos visto hasta ahora y que se ajustaba a la perfección a su silueta, acentuando el escote, algo insólito para la Reina. Son contadas las ocasiones en las que hemos visto a la madre de Leonor y Sofía apostar por este escote tan favorecedor, un diseño clásico que funciona pasen los años que pasen, ya que no se ve afectado por la tendencia. Una forma impecable de ensalzar su feminidad y su elegancia jugando con la sutileza y que acompañó de un coqueto bolso de mano confeccionado en raso de seda negro y con hebilla de cristales, de Tod's.
A pesar de que la elección del vestido ya nos dejó sin habla. Las joyas seleccionadas por la consorte han estado a la altura de las circunstancias. Tres años después, doña Letizia ha recuperado la tiara rusa, una de las más impresionantes del joyero real firmada por Cartier. Se trata de una espectacular pieza elaborada con perlas y diamantes que forman lágrimas invertidas. La explosión de joyería no se quedaba ahí. No ha faltado el collar de chatones de la reina Victoria Eugenia y la pulsera y broche de la perla peregrina. Todas ellas de diamantes que encajan a la perfección con el negro azabache del vestido.
Será la próxima semana, con motivo de la visita de Estado de los Reyes a Suecia cuando volvamos a ver a doña Letizia en todo su esplendor.