Cuando todavía no se han cumplido 24 horas de su reaparición tras las vacaciones en los 'Premios Retina ECO', la reina Letizia ha retomado sus compromisos oficiales en el palacio de la Zarzuela con un almuerzo en honor al presidente de Chile, Sebastián Piñera, con motivo de su visita a España.
Si anoche nos sorprendía con un look arrebatador en color negro con un original escote bardot de una firma 100% sostenible, esta vez nos ha deleitado con su versión más chic gracias a un vestido en un color rosa empolvado con estampado primaveral que le quedaba como un guante y que lleva en palacio 40 años. Como lo lees, la Reina le ha dado una segunda vida a un estilismo que pertenece a doña Sofía.
La reina emérita estrenó este vestido de manga corta con cuerpo bordado con flores y falda de vuelo durante una visita a Roma, en 1981, y ahora, cuatro décadas más tarde doña Letizia lo ha recuperado dándole su toque personal. A diferencia de doña Sofía, la mujer de Felipe VI lo ha completado con un cinturón plateado para remarcar su cintura y unos salones en color nude de Magrit.
Con respecto a las joyas, la madre de Leonor y Sofía ha recuperado del fondo de su joyero personal los pendientes de Chanel en forma de pluma realizados en diamantes y oro blanco, unas piezas que no lucía desde hacía más de dos años y que se veían a la perfección con la coleta, como no podía ser de otra forma el anillo de Karen Hallam remataba este look cargado de historia.
No es esta la primera vez que doña Letizia entra en el vestidor de su suegra para los actos oficiales, un gesto que demuestra que a pesar de todo existe una relación cordial entre ellas.