Este 31 de octubre la princesa Leonor cumple 18 años, un día clave en la vida personal e institucional de la heredera al trono y donde ha contado con el apoyo incondicional de sus padres, Felipe y Letizia, y su hermana Sofía (16 años). La expectación entorno a la aparición de la familia real a las puertas del Congreso de los Diputados ha sido máxima y no han defraudado.
A las 11.00 horas, los reyes y sus hijas aparecían por la Carrera de San Jerónimo de Madrid escoltados por el Escuadrón de la Guardia Real. Tras los saludos a las diferentes personalidades que les esperaban bajo las escalinatas, unos radiantes y emocionados Felipe y Letizia accedían a las Cortes y tras ellos sus hijas Leonor y Sofía, más nerviosas aunque ilusionadas, conscientes del momento que estaban a punto de vivir. Aunque breve, el acto solemne ha estado cargado de momentos muy emotivos. Sobre todo el instante en el que Leonor ha prestado su juramento a la Constitución sobre el mismo ejemplar que lo hizo su padre en 1986 ante la mirada orgullosa de los reyes.
La reina Letizia derrocha elegancia y sofisticación en la Jura de la Constitución de Leonor
Aunque la gran protagonista del día ha sido la princesa Leonor, la cita requería un despliegue de estilo a la altura al que la reina Letizia (51 años) está muy acostumbrada, de ahí que no haya defraudado. Para la ocasión, ha recurrido a uno de sus vestidos estrella. Una prenda de Carolina Herrera, que ya ha lucido en otras ocasiones, como en su visita de Estado en Alemania en octubre de 2022. Se trata de une exclusivo look de largo por debajo de la rodilla, manga al codo, cintura fajín drapeado, la falda al vuelo estilo evasé y escote lágrima.
Además, Letizia ha apostado por este color ya que es un tono que está muy ligado a Leonor ya que representa su escudo de armas. Un guiño con el que la Reina se ha dirigido a su primogénita a través de su look. Algo que también ha sucedido a la inversa, ya que el traje a medida de la princesa no podía evitar recordarnos al traje con el que su madre apareció para anunciar la pedida de mano con el entonces príncipe. Sin embargo, el detalle más especial son los apliques de flores que la mujer de Felipe VI luce en sus hombros. Un detalle con el que ha querido marcar la diferencia y que ha elevado al máximo esta prenda que favorece su silueta.
En cuanto a complementos, Letizia ha vuelto a repetir el bolso de mano de Magrit a juego con el vestido y, esta vez, ha querido meterle un color nude a sus salones. Un tono que rompe la estética monocolor del outfit.
Leonor y Sofía, las grandes protagonistas
La princesa Leonor ha sido la gran protagonista. La heredera al trono, consciente de que es el centro de todas las miradas este 31 de octubre, ha apostado por un traje de color blanco con el que ha roto con el protocolo establecido. No es lo único con lo que ha querido marcar la diferencia, ya que se ha distanciado de la ostentación habitual de este acto. La infanta Sofía (16 años), por su parte, ha lucido su versión más adulta con un vestido de gasa en tonos celestes, el color borbónico por excelencia, de la firma Erdem y que está valorado en 1.770 euros.
Los incómodos reencuentros de la reina Letizia en el cumpleaños de Leonor
Tras los actos institucionales, que ha terminado con un almuerzo en el Palacio Real con las diferentes autoridades, la familia real se ha trasladado hasta el Palacio de El Pardo donde ha tenido lugar la celebración privada. Ni tiaras ni puesta de largo, siguiendo con el hermetismo que ha rodeado a Leonor a lo largo de toda su infancia, los reyes han organizado una reunión familiar cargada de incómodos reencuentros.
Entre las decenas de invitados que ha soplado las velas junto a Leonor merece la pena destacar al rey Juan Carlos y Froilán, quienes han viajado directamente desde Abu Dabi, las infantas Cristina y Elena, que aceptaban de buena gana la invitación de su hermano, además de Irene y Miguel Urdangarin, quienes llegaban a Madrid este fin de semana con ganas de acompañar a su prima en este día tan señalado. A los Borbón y Grecia se sumarán los Ortiz Rocasolano, que siempre se han mantenido en un segundo plano pero cuentan con un papel esencial en la vida de la princesa de Asturias.