La reina Letizia deja a un lado sus exigencias para volcarse en la atención al coronavirus

Antes del ataque del COVID-19, la mujer de Felipe VI tenía marcada una agenda muy rígida que en este momento ha dejado paso a una jornada laboral sin horarios

Reina Letizia

Este viernes, doña Letizia ha retomado su sesión de videoconferencias para interesarse por los sectores más desfavorecidos en esta situación de confinamiento a consecuencia del coronavirus. En esta ocasión, se ha interesado por la lucha constante de los enfermos con parálisis cerebral cuyas dificultades se encuentran agravadas por el COVID-19.

Desde que terminó su aislamiento obligatorio tras el positivo de Irene Montero, juntos o separados, los Reyes han estado al pie del cañón desde sus respectivos despachos en el palacio de la Zarzuela, desde donde siguen día a día todas las novedades y acciones que se están llevando a cabo.

Resulta llamativo como doña Letizia ha dejado a un lado sus exigencias en agenda tan criticadas por muchos que pasaban por no tener actos por la tarde o noche a no ser que fuera imprescindible, disfrutar del viernes o lunes como día libre (además del fin de semana) o no viajar fuera de Madrid los viernes... En estos momentos, todas esas normas han dado paso a una jornada laboral sin horarios.

En la actualidad, la Reina no tiene ningún tipo de horario establecido y está disponible a lo largo de todo el día, incluso, fines de semana, días que aprovechó recientemente, junto a don Felipe, para hablar con algunos hospitales de nuestro país. Prueba de ellos es que incluso durante las reuniones telemáticas no se separa de su teléfono móvil.

Reina Letizia

Una vez más, Letizia ha optado por su 'uniforme' de confinamiento y ha lucido un traje de chaqueta en color azul marino que ha combinado con un jersey gris de cuello redondo. Dentro o fuera de casa no se ha separado de su anillo de Karen Hallam ni de los pendientes de brillantes de oro blanco de Cooklook.

Empieza a ser una normalidad ver a la mujer de Felipe VI en su faceta más natural, una actitud muy aplaudida en su intervención en la felicitación de Margarita de Dinamarca por su 80 cumpleaños.