¡Por fin! Tras casi tres meses de vacaciones Isabel II ya está completamente inmersa en la rutina. La semana pasada hizo su primera aparición pública en la apertura del Parlamento británico. Desde que regresó de Balmoral esta había sido la única ocasión en la que se había visto a la monarca en un acto oficial. Ahora, por fin, ha retomado su agenda que ya está repleta para los próximos meses de los actos que habitualmente suele presidir. Mientras su hijo Carlos de Inglaterra ha viajado a Japón para asistir a la entronización de Naruhito, ella se ha quedado en el Reino Unido, donde ha acudido a varios eventos.
Uno de ellos ha sido las carreras de Ascot, donde Isabel II ha sido la encargada de entregar los trofeos a los ganadores de las carreras. Este es uno de los eventos favoritos de la reina, y cada vez que tiene oportunidad acude a ver la competición. Y del deporte a lo benéfico. La soberana británica ha asistido al sesenta aniversario de una organización solidaria, donde ha mostrado su lado más amable. En estos eventos Isabel II ha vuelto a dar muestra de su pasión por los trajes y los sombreros, su complemento favorito.
En cada una de sus apariciones de estos últimos días la reina Isabel II ha lucido una sonrisa, pero detrás de ese gesto hay una preocupación por uno de los últimos conflictos familiares. Se trata del desconcierto que ha provocado en la reina el documental protagonizado por Harry y Meghan en el que los duques de Sussex han hablado sobre varias cuestiones personales, algo que a la abuela de Harry no le ha hecho mucha gracia. Desde Buckingham Palace de momento han preferido no pronunciarse sobre el tema y la monarca ha decidido cumplir con su agenda oficial sin hacer alusión al reportaje.