Los príncipes Guillermo y Harry han protagonizado un día histórico para la casa real británica. Tras años de retrasos, los hermanos han inaugurado la estatua en hornos a Diana de Galas en su lugar favorito del palacio de Kensington: Sunken Garden. En el que hubiera sido su 60 aniversario, los hijos de Lady Di se han reencontrado y han mostrado su mejor cara. Todo en un acto reducido que ha contado con la presencia de la familia más cercana, pero con ningún miembro de la familia real británica.
Entre las grandes ausentes se encuentra la reina Isabel II. La monarca ha querido dar su espacio a los príncipes Guillermo y Harry para que pudieran organizar el homenaje a su madre que tanto querían sin ninguna polémica. Una decisión con la que la monarca ha convertido a los hermanos en los grandes protagonistas del día.
A esto hay que añadir que la reina Isabel II se encuentra de viaje oficial en Escocia, en donde está participando en diferentes actos de la Royal Week, una tradicional celebración en la que, después de que en el pasado 2020 tuviera que ser cancelada, la monarca ha puesto todos sus esfuerzos. Es más, durante el primer día estuvo acompañada por su nieto el príncipe Guillermo, mientras que estas últimas jornadas ha sido su hija la princesa Ana quien ha estado a su lado.
Juntas han estado presentes este jueves 1 de julio en el Instituto de Cambio Climático de Edimburgo, en el que ha sido el último de Isabel II en la Royal Week de este año, aunque se prevé que vuelva pronto a Escocia para disfrutar de sus primeras vacaciones de verano sin el duque de Edimburgo.
Eso sí, Isabel II ha querido tener un bonito gesto con los príncipes Guillermo y Harry desde la distancia. La monarca ha demostrado que apoya a sus nietos al compartir en la sección de stories la publicación con la declaración pública de ambos hermanos. Y es que, aunque no haya estado presente, su majestad ha estado muy pendiente de todo lo que pasaba en el palacio de Kensington.