Hasta el momento la reina de Inglaterra se había mostrado demasiado comprensiva con la decisión de Harry y Meghan de abandonar la familia real británica. Aunque al principio el ‘Megxit’ le pilló por sorpresa, la monarca quiso dejar claro desde el primer momento que aunque le diera pena, apoyaba la decisión de su nieto y su mujer. Pero un mes y medio después del abandono de los duques de Sussex, Isabel II ha empezado a tomar decisiones con las que corta las alas a Harry y Meghan en su nueva vida en Canadá. Una de las que más les ha afectado tiene que ver con su trabajo.
La reina de Inglaterra ha tomado la decisión de prohibir a los duques de Sussex el uso de la palabra ‘royal’. Como ya no pertenecen a la familia real británica, no quiere que utilicen este término y mucho menos que saquen beneficio de él. Aunque solo se trata de una palabra, esta prohibición afecta mucho a los proyectos laborales del matrimonio. Desde el primer momento Harry y Meghan tuvieron claro que querían ganarse la vida de forma independiente a los Windsor. Para ello la idea inicial era utilizar la marca Sussex Royal como seña de identidad y trabajar desde ella para facturar sus nuevos empleos. Algo que ahora no van a poder hacer porque la marca incluye la palabra prohibida.
Para empezar tendrán que pensar un nuevo nombre para su marca, pero además tendrán que hacer otros cambios de lo más llamativos. En el nombre de su cuenta de Instagram y en su página web esta palabra está muy presente. Ahora no les quedará más remedio que acatar la decisión de la reina de Inglaterra y buscar otra forma de denominarse y de llamar a todo lo que tenga que ver con ellos. De esta forma la monarca ha demostrado que la decisión de los duques de Sussex tiene consecuencias inesperadas a las que tendrán que hacer frente.