La pérdida de la infanta Pilar de Borbón este miércoles 8 de enero ha llenado de tristeza a la familia real y parte de la sociedad española. Con un duro carácter, la hermana del Rey Juan Carlos nunca se mordió la lengua y siempre dio su opinión sobre todo lo que se le preguntaba. Su cercanía con el resto, tal y como demostró una vez más a la hora de reconocer que tenía cáncer de colon, hizo que se ganara el cariño de todos.
Sin embargo, nunca fue una persona fácil. Tal y como reveló Pilar Eyre en exclusiva en su blog, la infanta fue una persona rebelde y valiente. Tanto es así, que durante su juventud provocó más de un dolor de cabeza a sus padres, los condes de Barcelona. Su madre incluso llegó a confesar con resignación que era un cardo borriquero porque se negaba a ponerse falda y maquillaje.
Su particular cruzada con los cánones de belleza llegó incluso a que su propio padre, don Juan de Borbón, interviniera en el asunto. El progenitor del Rey Juan Carlos no dudó en comprar una barra de labios, sujetarle la cabeza y pintarle la boca, tal y como contaba Pilar Eyre en Lecturas. Un episodio que a la infanta no le sentó nada bien.
Confidente y mejor amiga del Rey Juan Carlos, la infanta Pilar de Borbón demostró su rebeldía hasta sus últimos días de vida. Siempre dijo lo que quiso y nunca se escondió de las polémicas. Se casó muy enamorada del duque de Badajoz y tuvo que hacer frente a su pronto fallecimiento.
Con seis hijos a su cargo, salió adelante por ellos: “Tengo que ser fuerte por mis hijo”. Años después, siguió mostrando su fortaleza a todos. Tanto es así, que incluso durante el tratamiento por el cáncer de colon no abandonó la vida pública. Rebelde hasta su último suspiro, la infanta ha dejado un vacío en el corazón de sus seres queridos.