La infanta Cristina está imparable. Después de haber superado una de las etapas personales más complicadas, marcada por la traición de su todavía marido, Iñaki Urdangarin, vuelve a mostrarse al mundo ilusionada. La decepción, el dolor y la rabia, han dado paso a un estado de equilibrio, con una mirada más amable hacia ella misma y todo lo que la rodea, como apunta Pilar Eyre en su blog de Lecturas.