Todo lo que hace Victoria Federica de Marichalar y Borbón (23 años) se analiza con lupa, sobre todo si tiene que ver con las relaciones con su familia, y más concretamente con sus primas, la infanta Sofía y la princesa de Asturias, Leonor, y sus tíos, los reyes Felipe VI y doña Letizia. Pero lo cierto es que la familia de la joven es mucho más extensa que eso, y que lejos del Palacio de la Zarzuela tiene a toda su familia paterna, que además es extensa. Y por lo poco que se conoce al respecto, parece que tienen una buenísima relación.
Y en redes, si uno se fija, da buena cuenta de ello. Pues hace no mucho ha estado ‘promocionando’ una marca a través de sus redes sociales, y a pesar de que desde que tiene agencia se la puede considerar toda una influencer y ese precisamente sería su trabajo, esto es algo diferente, pues que lejos de cobrar por la publicidad, la hizo motu proprio y por una buena causa, ayudar a su prima Mónica Coronel de Palma Marichalar.
¿Y quién es ella? Pues no es otra que su prima paterna, con la que mantiene una relación muy cercana y que sobre todo en los últimos años se ha convertido en una gran confidente para Vic, que es como la llaman sus íntimos. Es la hija de Ana de Marichalar, hermana de Jaime de Marichalar y del abogado y asesor jurídico Luis Coronel de Palma Martínez de Agulló.
Es un poco mayor que su prima, Victoria Federica, y les une su pasión por la moda, de hecho, Mónica ha hecho de ella su profesión. A pesar de haber estudiado Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, y después hacer varios cursos en SDA Bocconi School of Management, en Milán, y en la Universidad de las Artes de Londres, finalmente estudió moda en el Instituto Europeo di Design, donde encontró su verdadera vocación, en diseño.
Desde entonces, ese fue el rumbo que tomó su carrera, hizo prácticas con el diseñador holandés Jan Taminiau, después formó parte del departamento de marketing de Retail Brain y tal como reza su currículum, de ahí pasó a trabajar en Mango como producto manager. Después MOC pasó de ser un proyecto sobre el papel a una realidad que iba poco a poco cobrando forma, y la joven dejó todo lo anterior para dedicarse por entero a su gran propuesta.
Se trata de una colección de moda en la que las calidades, los materiales, su procedencia y la sostenibilidad son la base desde la que se conforma todo lo demás. Así lo explica en su página web “nos inspiramos en la belleza de las pequeñas cosas y los diseños la expresan, sencillos pero encantadores, delicados y elegantes, atemporales y versátiles al mismo tiempo. Con la sostenibilidad como base de este proyecto, desde MOC queremos apoyar el comercio local, el consumo sostenible y las prendas de calidad”, explica.
También cuenta cómo nació la idea: “surgió de un proyecto de tesis de maestría durante el confinamiento de 2020. Debido a la escasez de recursos durante ese tiempo, el proyecto final fue posible gracias a unos manteles de algodón, un ligero conocimiento de tintes naturales por parte de varios miembros de mi familia y una máquina de coser antigua”.
Además, hay algo que tienen muy claro, ninguna de sus propuestas obedece a las tendencias del momento ni pretenden crear una nueva, tampoco se rigen por temporadas, ni hay colección nueva cada seis meses, sencillamente van sacando las piezas que diseñan, y así lo explican: "No seguimos tendencias, ni calendarios. Nuestro objetivo es crear moda sostenible, ofreciendo prendas versátiles y evitando la sobreproducción, los tintes tóxicos y los tejidos sintéticos. Realizamos piezas muy limitadas, ya que el proceso de producción es minucioso y manual. Queremos que nuestras prendas cambien el consumo de las personas y sean un reflejo de la moda consciente y natural".
Tampoco hacen publicidad más allá de la que lógicamente tiene en sus propias redes sociales, pero apellidarse Marichalar, y que tu prima, sobrina de los reyes de España e hija de la infanta Elena, muestre y etiquete tu trabajo en sus redes sociales parece que cuenta como la mejor y más estudiada de las campañas. eY encima sin poner un solo euro sobre la mesa. Una suerte que pocos emprendedores, por no decir ninguno, puede disfrutar.