Si algo tenían claro Harry y Meghan cuando llevaron a cabo el ‘Megxit’ era que en su nueva vida se iban a dedicar a lo que realmente les gusta. Dejar a un lado sus obligaciones con la familia real británica les iba a permitir invertir tiempo en otros trabajos y desde que pusieron rumbo a Estados Unidos es lo que están haciendo. En estos meses han participado como conferenciantes en eventos privados, han formado parte de cumbres y eventos impartiendo charlas de forma virtual y trabajan en proyectos como una nueva fundación. Pero si hay algo que Meghan Markle quería retomar era su carrera en el mundo de la interpretación. Lo hizo con su primer proyecto como narradora de un documental de elefantes de Disney y ahora, junto a Harry, tiene en mente otro proyecto en Hollywood.
Poco se sabe de qué es lo que tienen entre manos los duques de Sussex, pero ya han mantenido reuniones con responsables de NBC Universal para ir perfilando su nuevo trabajo. Se trata de la misma compañía con la que Meghan trabajó como actriz en la serie ‘Suits’, pero esta vez su función va a ser muy diferente. Todo apunta a que Harry y Meghan van a ejercer de coproductores de una nueva producción de la que no se sabe la temática. Teniendo en cuenta sus intenciones de llevar a cabo proyectos solidarios y de concienciación, lo que más suena es que están preparando un documental sobre alguna de estas temáticas con las que están tan involucrados.
De esta forma Harry y Meghan cada vez tienen más perfilada su nueva vida fuera de la corona británica. Además de este proyecto laboral, otro de los últimos pasos que han dado es comprarse su primera casa en Santa Bárbara. La pareja ha elegido este lugar porque se trata de un sitio en el que se cuida mucho todo lo relacionado con la naturaleza, algo fundamental para ellos. Además viven en una zona de difícil acceso para los fotógrafos, algo importante para la pareja que quiere llevar su vida y en especial la de su hijo Archie de la forma más privada posible.
Además la vivienda tiene detrás una historia muy especial. Durante décadas allí vivió Stanley McCormick, un hombre que padecía trastornos mentales. Su familia le llevó a esta espectacular casa en la que le trataron, llegando a instalar allí un laboratorio. Cuando este hombre murió vio la luz una novela llamada ‘Riven Rock’ en la que se cuenta su historia y en la que la casa cobra un protagonismo especial. Tras su muerte la vivienda se dividió en parcelas y una de ellas es la que hoy ocupan Harry y Meghan.