Desde que dejó de pertenecer a la familia real británica la vida del príncipe Harry ha dado un giro.Después de llevar a cabo el ‘Megxit’ son varios los privilegios que el duque de Sussex ha perdido. Algunos nombramientos o formar parte de algunos actos familiares están entre las cuestiones que ya no puede hacer el nieto de Isabel II. Pero por otro lado ha ganado.

Abandonar la familia real británica ha supuesto para él una tranquilidad en lo personal y en lo laboral. No estar sometido al protocolo de la monarquía, poder vivir en Los Ángeles, educar a su hijo Archie dentro de la mayor normalidad posible o dar un giro laboral a su carrera son algunas de las cuestiones en las que ha ganado.