No está siendo una buena época para la Casa Real británica. La salud de varios de sus miembros está pasando una mala racha que ha dejado conmocionados a los ciudadanos ingleses. Era el pasado 17 de enero cuando el Palacio de Kensington anunció, por sorpresa, la operación abdominal de Kate Middleton (42 años). Este comunicado fue seguido, apenas una hora más tarde, por la información de que el rey Carlos III (75 años) iba a someterse a una intervención correctiva por un agrandamiento de la próstata, que a posteriori se ha revelado que se trataba de cáncer. Y, por si no fuera suficiente, Sarah Ferguson anunciaba que había sido diagnosticada con un cáncer de piel muy agresivo tan solo unos meses después de su operación contra la misma enfermedad.
Una serie de catastróficas desdichas que ha puesto a toda la familia real en el centro del foco mediático y bajo una creciente opresión. Una que no ayuda en nada a las recuperaciones de cada uno de ellos. Es por eso que el príncipe Guillermo (41 años) ha tomado una firme determinación con el objetivo de proteger a su esposa: alejarla de toda la atención y dándole espacio para que pueda recuperarse. Ha sido Ailsa Anderson, antiguo exsecretario de prensa de la reina Isabel II, quien ha dado a conocer la decisión del príncipe de Gales. "Creo que William intentará protegerla de esa presión tanto como sea posible", ha afirmado Anderson a Camilla Tominey en GBNews, según recoge 'The Daily Mail'.
La firme determinación del príncipe Guillermo para proteger a Kate
¿Y cómo logrará proteger a su esposa de esa presión en aumento? Intensificando sus compromisos institucionales.Una actividad que ya ha empezado a llevar a cabo, especialmente después del diagnóstico de cáncer de su padre, el rey Carlos III. Además de proteger a la princesa de estas consecuencias que el interés por su estado de salud ha generado, también se encargará de cuidar a sus tres hijos.
Un cambio de vida en la que el hermano del príncipe Enrique deberá volcarse aún más en su papel como figura pública, a la vez que intenta mantener su faceta como padre y esposo. Es por esto que Ailsa no dudó en salir en defensa de la familia real. "¡Denles un respiro! Para el Príncipe William, la familia y el deber van de la mano", exclamaba, según informa el citado medio.
La gran presión que sostiene el príncipe Guillermo
La decisión de ser el sostén y el pilar principal de su familia, mientras Kate y Carlos III se recuperan, ha supuesto una grandísima presión para el hijo mayor de Diana Spencer. Algo que Robert Jobson, biógrafo real, ha querido analizar. Y es que el príncipe ha visto frustradas sus intenciones iniciales de retirarse de la vida pública para cuidar de su familia ante la enfermedad de su padre.
No obstante, el anuncio de la enfermedad de su padre daba al traste con sus primeros planes y le forzaba a dar la cara. Hasta nueva orden, Guillermo será el representante de su padre y de toda su familia. Una obligación que ha puesto una gran presión en el príncipe de Gales. Jobson ha afirmado que "Guillermo se ha dado cuenta de esto y que el peso del mundo está sobre sus hombros. En algún momento será rey".
Y no solo la presión que supone llevar el timón de toda su familia, sino que cada gesto, mirada y comentario sea analizado con lupa. Precisamente eso fue lo que sucedi�� en una de sus últimas declaraciones, cuando quiso elogiar a "las enfermeras filipinas" que estaban cuidando de Kate. El príncipe quiso alabar su labor, asegurando que "la cuidan muy bien, son increíbles y amables". Una expresión que ha generado malestar en los medios y ciudadanos ingleses al haber puesto hincapié en el origen étnico de las enfermeras. En definitiva, unas circunstancias que han llevado a la prensa británica a dirigirse a Guillermo con dos adjetivos muy claros: "estresado" y "cansado".