Han pasado ya seis meses desde que corona británica tuviera que hacer un descanso y dejara el trono casi vació por la inesperada retirada de Carlos III (75 años) y de Kate Middleton, ambos enfermos de cáncer. Por eso ahora los Windsor necesitan proyectar una imagen de mayor unidad, estabilidad y fortaleza haciendo uno de los viajes más importantes para el monarca. 33 horas de vuelo a Oceanía para reunirse, como jefe de la Commonwealth, con el el resto de jefes de gobierno y las 56 delegaciones, en Samoa.
Así, el pasado jueves el rey y Camila (77 años) llegaron a Australia, concretamente en Sydney. en una de las tardes más lluviosas que se recordaban en la ciudad. Primera parada antes comenzar su histórica gira por el Pacífico Sur. Es un viaje de seis días que ha empezado con un mensaje publicado en las redes sociales de la familia real: "Antes de nuestra primera visita a Australia como reyes, estamos ansiosos por regresar a este hermoso país para celebrar las culturas y comunidades extraordinariamente ricas que lo hacen tan especial. ¡Nos vemos allí!".
Al descender las escaleras del avión, la sonriente pareja mostró su largo más alegre después de tantas horas de vuelo y fueron recibidos por dignatarios, entre ellos el primer ministro australiano, Antony Albanese, el gobernador general Sam Mostyn, y el primer Ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns. Después de estrechar la mano de las personalidades que se habían reunido para saludarlos, fueron llevados en coche oficial para tomar el té.
Lo que ha alucinado a la prensa británica ha sido el gran recibimiento que han tenido Carlos y Camila. Y es que en su bienvenida la ópera de Sidney proyectó en su espectacular estructura varias imágenes de la vida de vida de ambos. Un increíble momento que ha dejado a todos boquiabiertos. Y es que el espectáculo de luces duró 4 minutos incluyó imágenes del rey en Australia cuando era un joven príncipe de Gales (una de él jugando al cricket) y más recientemente con su mujer cuando ella era duquesa de Cornualles.
El príncipe Guillermo, solo ante el peligro
El viaje de Carlos y Camila a Austria ha dejado a Guillermo solo ante el peligro. El príncipe, que sigue al lado de su mujer en medio de su total recuperación del cáncer (aunque ya ha anunciado que ha terminado la quimioterapia), se queda al frente de la corona británica en la ausencia de su padre.
Y aunque sus labores siguen siendo las mismas y en otras ocasiones ya ha estado en la misma situación, lo cierto es que todo Reino Unido está muy pendiente de casa uno de sus pasos para saber si en un futuro será o no el adecuado para estar al frente. Eso sí, el cáncer de su mujer ha cambiado todas sus prioridades. Y aunque sabe que tiene el compromiso con la corona, ahora disfruta mucho más y está más pendiente de su familia.
De hecho, estos días el príncipe Guillermo está estos días junto a George, Charlotte y Louis, que acaban de coger vacaciones de la escuela hasta el próximo 4 de noviembre. Los tres niños de Gales asisten a la escuela Lambrook y son alumnos externos, evitando la tradición real, por lo que regresan a casa cada noche a Adelaide Cottage, la vivienda de cuatro habitaciones en Windsor donde viven con sus padres.
La prensa británica cuenta que estos días, a pesar de estar él al frente de la familia real británica, Guillermo tendrá una "agenda más liviana" para alinearse perfectamente con las vacaciones escolares de los niños.