El príncipe Guillermo es uno de los grandes responsables de la retirada del príncipe Andrés

El duque de Cambridge no comparte que su tío concediera la entrevista y su opinión ha sido determinante en la decisión de que el duque de York se retire de la vida pública

Guillermo y Andrés de York

El príncipe Andrés decidió la semana pasada retirarse de la vida pública. Pero no ha sido una decisión que haya tomado él solo. El hecho de que el duque de York esté involucrado en el caso Epstein ha traído muchos quebraderos de cabeza a la familia real británica y la entrevista que concedió para la BBC no le pareció bien a ningún miembro de la realeza. Solo Sarah Ferguson se mantenía en su apoyo a su ex marido. Una de las personas que más ha influido en la retirada del príncipe Andrés ha sido su madre. Isabel II es la persona que tiene el poder para ejecutar todo lo que considere. Pero la reina de Inglaterra ha contado con la opinión de dos personas muy importantes para ella que le han hecho reafirmarse todavía más en su decisión de que su hijo preferido deje sus labores públicas como duque de York. Una de ellas muy sorprendente.

La primera es la del príncipe Carlos. El hijo de Isabel II y hermano de Andrés no mantiene una relación muy estrecha con el duque de York y desde hace meses ya tenía decidido que cuando subiera al trono quitaría de la familia real británica al príncipe Andrés y a sus hijas. Por eso no ha extrañado demasiado que apoyase la decisión de que su hermano se retirara desde ya de la vida pública.

El príncipe Guillermo y el duque de York

Pero ha habido alguien que ha influido mucho en Isabel II y que ha ayudado a que la reina de Inglaterra se reafirmara en que la retirada era la mejor opción. Se trata del príncipe Guillermo. Al nieto de Isabel II le pareció fatal que su tío concediera la entrevista a la BBC y le hizo saber a su abuela su opinión sobre que Andrés debía retirarse. Esto sumado a que entre tío y sobrino no hay una relación especialmente buena hizo que el duque de Cambridge tuviera muy claro lo que tenía que ocurrir. La reina de Inglaterra siempre tiene muy en cuenta la opinión de su nieto favorito y fue determinante para que impulsara a su hijo a abandonar la vida pública.