Desde que la casa real británica confirmó ayer el positivo de la reina Isabel II en coronavirus, la preocupación sobre su estado de salud no ha hecho más que aumentar. Según ha informado el palacio de Buckingham, la monarca presenta síntomas leves y tiene previsto continuar con su agenda oficial hasta el punto de que tan solo ha cancelado uno de los actos que tenía programados. No obstante, de haber decidido descansar, la casa real británica habría tenido que tirar de sus Consejeros de Estado.
La casa real británica recoge que, “en caso de que la reina no pueda cumplir con sus deberes oficiales como soberana por enfermedad”, dos o varios de sus Consejeros de Estado podrían Sustituirla. Estos serían su consorte y las cuatro primeras personas mayores de 21 años que aparecen en la línea de sucesión al trono.
Tras la muerte del duque de Edimburgo el pasado abril, Isabel II cuenta con cuatro Consejeros de Estado: el príncipe Carlos, el príncipe Guillermo, el príncipe Harry y el príncipe Andrés. Estos ‘royals’ son los cuatro familiares mayores de 21 años que ocupan los cuatro primeros puestos en la línea de sucesión al trono ya que, aunque los hijos del duque de Cambridge preceden al duque de Sussex y al de York, son menores de edad.
No obstante, el sentido común hace pensar que tan solo el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo se encargarían de sustituir a Isabel II, ya que Harry abandonó la casa real británica en 2020 y se encuentra en Estados Unidos, mientras que el príncipe Andrés se encuentra en el centro de la polémica tras conocerse el acuerdo al que ha llegado con Virginia Guifre, un escándalo que le llevó a ser apartado de sus funciones.
Por lo tanto, si Isabel II se encontrara incapacitada para llevar a cabo sus funciones, los príncipe Carlos y Guillermo la sustituirían, aunque tendrían limitadas sus funciones. Por ejemplo, no podrían nombra al primer ministro británico, ni crear títulos nobiliarios, disolver el parlamento o asumir funciones relacionados con la Commonwealth.