La princesa Leonor (18 años) se ha convertido en una persona muy especial para los aragoneses desde que el pasado mes de agosto iniciara su formación en la Academia General Militar de Zaragoza. Apunto de terminar su andadura en el Ejército de Tierra, desde el gobierno aragonés han querido resaltar el papel de la heredera al trono haciéndole entrega de las máximas distinciones que posee la Comunidad Autónoma: la Medalla de las Cortes de Aragón, la entrega del título de Hija Adoptiva de Zaragoza y la Medalla de Aragón. Un día histórico en el que se ha convertido en la protagonista absoluta.
La jornada prometía intensa y así ha sido... Desde primera hora de la mañana cientos de curiosos se agolpaban a las puertas del Palacio de la Aljafería para poder ver a la hija de los reyes de cerca. Sonriente, cercana y visiblemente nerviosa, Leonor hacía su aparición en solitario ante los gritos de ¡viva la princesa!.
Aunque había quienes pensaban que Leonor podría lucir un estilismo de calle, finalmente se decantaba por su ya habitual uniforme militar. Tal y como se puede ver en la imagen, de entre todas las opciones disponibles se decantaba por un traje muy similar al que llevó su padre hace 38 años, con chaqueta verde, camisa blanca y boina roja, además del clásico cordón rojo que atraviesa la chaqueta.
Aunque las grandes joyas no están permitidas, el recogido nos permitía ver con libertad los pequeños pendientes que lucía. Unos minúsculos puntos de oro amarillo que le han acompañado a lo largo de toda su estancia en la academia.
La ceremonia, que está previsto que dure dos horas, dará paso a la entrega del título de Hija Adoptiva de la ciudad en el Ayuntamiento. Después, Leonor pondrá rumbo a la Catedral de la Seo donde se le hará entrega de la Medalla de Aragón. Distinción como muestra del "cariño y reconocimiento" del pueblo aragonés y como"recuerdo imperecedero de un periodo relevante" de su vida en la Comunidad. Finalmente, la jornada concluirá con un cóctel que tendrá lugar en el palacio arzobispal y donde la princesa de Asturias tendrá la oportunidad de charlar de una forma más distendida con todos los invitados.
La princesa Leonor se da un baño de masas en Zaragoza
Tras la ceremonia de rigor ha sido el momento de echarse a la calle. La princesa Leonor salía a la plaza del Pilar para poner rumbo a la Catedral del Salvador, momento en el que no ha dudado en responder al cariño de todos los zaragozanos.
Su nerviosismo se hacía patente en varios momentos del día. Nada más comenzar, cuando no dejaba de tocarse las manos y la zona de la barriga, y cuando ha tenido que pronunciar un nuevo discurso ante las más de 300 personas presentes. Su sonrisa tímida no ha dejado de repetirse a lo largo de todo el día al tiempo que intentaba expresar seguridad.
A lo largo de los nueve meses que lleva viviendo en Zaragoza, Leonor no solo se ha volcado en su formación militar sino que también ha disfrutado como la que más de las opciones de ocio que brinda la ciudad: restaurantes, salidas nocturnas, compras... La joven se ha adaptado a las mil maravillas a su vida en la capital aragonesa y sus vecinos no pueden estar más felices.
Felipe y Letizia, los grandes ausentes
Aunque en un momento dado se llegó a especular con la posibilidad de que don Felipe y doña Letizia acompañaran a Leonor en este día tan señalado, finalmente desde Casa Real se acordó que fuera la princesa de Asturias, en solitario, quien hiciera frente a esta entrega de reconocimientos tan especial. Un gesto que pone de manifiesto que la joven está completamente preparada para ello y ya no necesita del sostén de sus progenitores para presidir este tipo de actos.
En poco más de un mes, la princesa Leonor se despedirá de la Academia General Militar de Zaragoza. Está previsto que sea el 3 de julio cuando reciba el despacho de alférez de manos de su padre poniendo punto y final a su formación en el Ejército de Tierra. En agosto, ingresará en la Escuela de la Armada en Marín (Pontevedra) para continuar su instrucción militar.