Triste. Así define la prensa noruega todo lo ocurrido en la boda de la princesa Marta Luisa y su ya marido, Durek Verrett. La pareja se daba el 'sí, quiero' este pasado 31 de agosto rodeada de sus familias. Los reyes Harald y Sonia junto al príncipe heredero Haakon y casi toda su familia -no estuvo el hijo de Mette-Marit- acompañaban a los novios a pesar del revuelo que se había organizado. Las críticas hacia la pareja han sido constantes.
Marta Luisa y Durek decidieron vender la exclusiva de su enlace. Lo hicieron a la revista 'Hello' y afirmaron que se trataba de una decisión motivada por el trato que habían recibido de los medios noruegos. Evidentemente, la compensación económica también tuvo que ver en su cambio de idea. Las asociaciones de prensa del país cargaron contra la pareja, acusándoles de romper una tradición asentada en la Casa Real de Noruega. Solo quienes comprasen la revista iban a poder ver la boda.
“La familia real fue recibida con aplausos y felicitaciones cuando desembarcó en Geiranger. Antes de abandonar el Barco Real posaron para una fotografía que fue compartida con toda la prensa”, reza la crónica de 'NRK', uno de los principales medios de Noruega. Las espadas siguen en alto.
La prensa noruega carga contra Marta Luisa y Durek Verrett
“Siempre me he sentido bien recibido por Noruega, pero no por la prensa”, aseguraba Durek Verrett en exclusiva a la revista donde han vendido su boda. El marido de Marta Luisa tiene muy clara cuál es su postura respecto a los meses de noviazgo y a lo que les queda de vida juntos. Ha emprendido una cruzada contra los medios que ha culminado en esta boda blindada. La novia, de hecho, aparecía tapada con sábanas blancas para evitar ser captada por los fotógrafos presentes. Un circo que a muchos noruegos no ha terminado de gustar.
“Entiendo que la prensa se sentirá decepcionada, pero hemos sido muy claros sobre qué partes estarían abiertas a la prensa en general”, explicaban los encargados de todo lo relacionado con la comunicación de la boda de la hija del rey. “Se ha firmado un acuerdo exclusivo lo que significa que tenemos un socio que tendrá acceso al material”.
“Parece un poco triste. Y da una señal de que de esa manera el público quedará excluido. No se ve bien desde el punto de vista de nosotros, que estamos prohibidos. Esto es lo que se temía”, explicaba el secretario de la Asociación de la prensa noruega a 'NRK'. El sentimiento de los medios es el mismo. Decepción ante el rumbo que ha tomado esta parte de la Familia Real de Noruega. Los reyes y el príncipe heredero sí posaban para la prensa.
Retrasos y problemas en la boda de Marta Luisa y Durek Verrett
Las medidas de seguridad para evitar ser fotografiado hicieron que la boda se retrasase. Los invitados, eso sí, restaban importancia a este inconveniente. La hija del rey tenía que salir escoltada y tapada para que no se captasen imágenes y proteger su exclusiva. No obstante, en un momento dado las sábanas que cubrían el paseo real se apartaron y todo el mundo pudo ver su vestido de novia.
Tal vez motivada por este descuido, que corrió como la pólvora, la pareja decidió salir, horas después, a brindar con los vecinos. Muchos de los ciudadanos se acercaron hasta el lugar para intentar ver a la pareja. Al comprobar que no iba a ser posible, organizaron una fiesta paralela en las inmediaciones. Todo el mundo vestía de rosa, ya que era el color que estaba expresamente prohibido para lo invitados a la boda.
Eso sí, finalmente, Marta Luisa y Durek salieron a saludar y pudieron mezclarse durante un tiempo con los noruegos. Un gesto de acercamiento donde lucieron sus alianzas y unas enormes sonrisas. Pese a los problemas y las críticas, la felicidad de la pareja es indiscutible.
El escándalo económico de la boda de Marta Luisa y Durek
No han sido pocos los frentes a los que han tenido que responder la princesa Marta Luisa y su ya marido, Durek Verrett. La pareja decidía vender su exclusiva a una revista y una plataforma de streaming y provocada el enorme enfado de los medios noruegos. Para las Asociaciones de prensa, la hija del rey Harald rompía una tradición de décadas y abría un peligroso precedente. Verrett, de hecho, calentaba más el fuego al asegurar que habían elegido la revista 'Hello' porque eran los únicos que les habían tratado bien. Una guerra que no ha hecho más que empezar.
Pero no quedaba todo ahí. También la boda ha molestado a sus propios invitados. Tal y como han afirmado en medios noruegos, estos han debido realizar un enorme dispendio económico más allá del lógico en un evento de estas características. Además de pagarse la estancia y el viaje, algo normal, los invitados han tenido que sufragar sus propias consumiciones. A su llegada a la preboda se les entregaban cinco vales para copas que debían durarles durante todas las jornadas. Esto incluía dos comidas y dos cenas. Algo impesable.
Una vez consumidos estos vales, cada nueva petición tenía el coste de 20 euros. Los invitados, según informaba el medio 'Se og Hør', habrían gastado casi 3.000 euros por cabeza de media. Un negocio paralelo que tampoco ha sentado nada bien ni a la opinión pública ni a las revistas y televisiones.