Todos los seguidores de la familia real británica tienen claro que este 2024 está siendo uno de los peores años de toda su historia. Eso sí, a pesar de ser una época muy complicada para la corona, el príncipe Guillermo (42 años) y Kate Middleton (42 años) han salido reforzados tanto a nivel popularidad como en lo más importante, a nivel pareja. Y es que los duques de Cambridge están centrados en apoyarse mutuamente, además de mostrar su amabilidad con todo el mundo. Una lección que los padres de George, Charlotte y Luis quieren que sus hijos aprendan desde pequeños.
De hecho, una encuesta realizada por la revista '¡Hello!' reveló que la pareja real es la más amable de todos los miembros de la corona británica. "También voy a incorporar mucha más empatía porque realmente me importa lo que hago. Ayudo a influir en la vida de las personas. Y creo que nos vendría bien un liderazgo más empático en todo el mundo. Eso es lo que estoy tratando de aportar, eso es lo que Kate también está tratando de aportar", dijo el futuro rey.
"Entre bastidores, hay innumerables cartas, mensajes, visitas, llamadas telefónicas de las que nadie se entera. Pero incluso en este año tan duro, este enfoque en ayudar a los demás no se detiene", han dicho fuentes cercanas al Palacio de Kengsinton en el citado medio, donde han repasado muchos momentos que no se ven dela pareja frente a la cámara.
Entre los mucho testimonios se encuentra el de Paula Hudgell, cuyo hijo adoptivo Tony (10 años) ha desarrollado una dulce amistad con Kate durante sus visitas al Hospital Infantil Evaline, donde ha sido tratado desde que era un bebé, cuando tuvieron que amputarle ambas piernas por los terribles abusos provocados por sus padres biológicos. Desde entonces, se han recaudado 1,8 millones de libras para la organización benéfica del hospital, de la que Kate es patrona real.
"Hay algo entre Kate y Tony y cuando ella habla con él, es como su mejor amiga. No hay aires de grandeza porque ella es pura amabilidad y aprecio mutuo. Cuando la conocimos, mi hijo era muy pequeño y tenía sus piernas pequeña. Ella inmediatamente se agachó al suelo con él para estar a su altura. Se sentó y coloreó con él", explica esta orgullosa madre. "Cuando la vimos el año pasado, me abrazó porque me emocioné un poco ese día. Y tengo la impresión de que Kate y Guillermo saben lo que está haciendo Tony. Ha recibido cartas de ambos para felicitarle por su recaudación de fondos y cuando el príncipe me entregó mi OBE en el Castillo de Windsor el pasado 2023, estaba saludando a mi niño y preguntándome sobre mi cáncer y la quimioterapia", cuenta Paula sobre el momento en el que diagnosticaron la enfermedad en el intestino. "Es maravilloso que la familia real lo respalde en todo lo que hace. Ahora, cada vez que ve a la princesa en la televisión, dice: 'Ahí está mi Kate'", añade.
En una de sus primeras apariciones tras la quimioterapia, Kate volvió a demostrar su lado más humano junto a la fotógrafa Liz Hatton. La joven había elaborado una lista de deseos entre los que se encontraba poder inmortalizar a la familia real, algo que Middleton quiso que cumpliera. Sin embargo, la adolescente de 16 años no esperaba que tanto Guillermo como su mujer fueran a conocerla después, algo que describió como una "gran sorpresa". "Hablar con ellos fue increíble porque era como hacerlo con cualquier persona, con alguien normal. No había ningún tipo de grandeza en ellos, solo había humanidad y amabilidad", explicó Liz.
Guillermo también mostró la gran bondad que tiene en su interior cuando visitó a la ya difunta Deborah James en su casa para presentarle su título de dama poco antes de que falleciera por un cáncer de intestino porque ella no estaba lo suficientemente bien como para viajar. La mujer, que había recaudado más de 5 millones de libras para la investigación de la enfermedad, contó cómo el príncipe se unió a su familia para tomar el té de la tarde con champán y agregó que él fue "tan amable y nos hizo sentir a todos cómodos".
El príncipe también hizo un viaje similar a Leeds a principios de este año para entregarles a las estrellas retiradas de la liga de rugby Rob Burrow y Kevin Sinfield sus CBE por su recaudación de fondos para la enfermedad de la neurona motora. Su visita permitió a Rob, que murió a causa de la afección unos meses después a con 41 años, compartir la experiencia con su esposa Lindsey y sus hijos Macey, Maya y Jackson. Desde entonces, Guillermo ha escrito el prólogo del próximo libro de la mujer, 'Take Care', su relato de la vida como cuidadora de Rob, que se publicará en febrero.