Kate Middleton (43 años) acaba de atravesar su año más complicado tras haberle detectado un cáncer a comienzos del año pasado. La princesa de Gales ha tenido que sacar toda su fuerza y valentía de dentro para enfrentarse a este bache de salud y poder recuperarse, pero ha ayudado mucho el hecho de tener siempre a su lado al príncipe Guillermo (42 años), su mejor compañero de aventuras, esposo y padre de sus hijos. El hijo del rey es el principal pilar de Kate y su mejor amigo, algo que pudimos comprobar en el vídeo que hicieron público para comunicar que Kate había terminado su tratamiento de quimioterapia, uno en el que los acompañaban también sus tres hijos y las otras dos personas más importantes en la vida de la princesa, sus padres Michael y Carole Middleton, de cuya historia de amor acaba de hablar por primera vez la prensa británica.
Así comenzó la historia de amor de Michael y Carole Middleton
Tal y como aseguran desde ‘El Daily Mail’, los padre de Kate han podido “vivir una historia de amor que surgió de un encuentro casual”, comentando que la pareja “se conoció mientras trabajaban en British Airways en el aeropuerto de Heathrow cuando Michael ocupaba el puesto de flight dispatcher, uno poco conocido, y Carole era azafata". Katie Nicholl comenta en su libro ‘Kate: The Future Queen’, que Michael tenía "uno de los trabajos mejor pagados y más importantes del aeropuerto", un puesto que coincidía con el rango de capitán entre cuyas responsabilidades se incluían la coordinación de llegadas, salidas y la gestión de los horarios de los vuelos.
Para este trabajo, Michael vestía un uniforme azul marino y una gorra roja, y estaba "siempre inmaculadamente vestido", siendo "considerado un candidato ideal entre el grupo de azafatas", según relata Nicholl, que asegura que este sólo tenía ojos para su compañera de trabajo, Carole.
Al parecer, a Michael le costó lanzarse y pedirle salir, pero tras conseguir tener el valor para hacerlo, las cosas entre ellos avanzaron pronto y enseguida tuvieron una relación seria. "Carole, que nunca había tenido un novio, encontró a Michael encantador, atento y divertido", escribe Nicholl, que comenta que estos pronto alquilaron un apartamento en Slough, muy cerca de Heathrow, su puesto de trabajo, una zona ideal teniendo en cuenta las frecuentes viajes de Carole al extranjero por trabajo.
Así fue la boda entre Michael y Carole Middleton
Martin Fiddler, gerente de la carnicería 'Bladebone' en Chapel Row, Berkshire, recuerda que Carole "siempre estaba sonriente y feliz y había algo encantador y fresco en ella; solía dejar un aroma a perfume en la tienda. Siempre era habladora, alegre y muy divertida”, confiesa, añadiendo que una joven Carole “estaba encantada de estar comprometida y recuerdo que un día trajo a Mike y lo presentó. Ella era una mujer deslumbrante y formaban una gran pareja, un mix realmente bueno”, tanto que acabaron casándose el 21 de junio de 1980 en St James the Less en Dorney, Buckinghamshire.
Aunque los padres de Carole, Ron y Dorothy, contribuyeron económicamente a la boda, Nicholl asegura que fue "sólo una fracción del coste total porque los Middleton estaban en una liga diferente" a la familia de Michael, que provenía de un entorno de clase media acomodada, significativamente diferente al de Carole.
La familia de Michael, mucho más acomodada
La familia de él tenía una mejor posición social y disfrutaba de "la seguridad que da el dinero, habiendo estudiado Michael en escuelas privadas y en un internado". Su padre, Peter, fue piloto de combate de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial y sirvió como copiloto del Príncipe Felipe durante una gira aérea por Sudamérica en 1962, por lo que ya tenían relación con la realeza. Su madre, Valerie, trabajó como enfermera del VAD (Destacamento de Ayuda Voluntaria) y también fue descifradora de códigos durante la guerra antes de convertirse en ama de casa.
En cambio, los padres de Carole, Ron y Dorothy, empezaron de una manera mucho más humilde. Con mucho trabajo y determinación, Ron consiguió dejar su trabajo en una empresa de transporte para convertirse en constructor, siempre con el apoyo de Dorothy, quien creyó en la visión de su marido. Nicholl cree que la ética de trabajo de sus padres se le transmitió a Carole, quien estaba decidida a tener éxito. "Fue una visión que sus hijos también heredaron. Carole era una gran trabajadora y, como sus padres, estaba decidida a triunfar en la vida".