Hay dos ocasiones en las que la reina Letizia siempre deslumbra (más que de costumbre): cuando tiene encuentro con periodistas y cuando visita su Asturias natal, sobre todo en los Premios Princesa de Asturias. Sin embargo, esta edición de los galardones no es como las demás, es la primera que ha contado con la presencia de la princesa de Asturias y la reina Letizia ha querido cederle todo el protagonismo a su hija mayor. 

Eso sí, ha apostado por su color fetiche, el rojo, el mismo color con el que se presentó a la realeza europea en la boda de Federico y Mary de Dinamarca solo unos meses antes de casarse con el entonces príncipe Felipe.