Letizia Ortiz (50 años) llegó mucho antes al universo royal que Kate Middleton (41 años), pero su simpatía, belleza, naturalidad y buen gusto por la moda la ha catapultado a lo más alto en el ranking de reinas y princesas más queridas e influyentes del mundo.
En este artículo, Pilar Eyre hace un análisis exhaustivo de cómo la princesa de Gales gana día a día adeptos mientras que a la reina Letizia "aún le falta un largo trecho para ganarse el corazón de los españoles". La bloguera de Lecturas tiene muy claro que ese distanciamiento tan criticado que la mujer de Felipe VI ha colocado entre su vida personal y la institucional la penaliza en relación a su cercanía con el público. "No se ama lo que no se conoce", asegura Eyre, algo que en Inglaterra saben muy bien.
Desde que se convirtió en princesa de Gales tras la muerte de Isabel II, la mujer de Guillermo ha multiplicado su presencia en diferentes actos públicos. Sorprendió a todos al colarse en la gala de Eurovisión, eclipsó a la mismísima reina de Inglaterra en la coronación de Carlos III, no dudó en tirarse al suelo para jugar con los más pequeños y acaparó todo el protagonismo en su reciente aparición en el hipódromo de Ascot. Ser encantadora con naturalidad no es nada fácil y Kate Middleton lo lleva innato.
El ejemplo de Kate Middleton para Letizia y otras royals
Pilar Eyre cuenta en su blog de Lecturas que con este tipo de actitudes que dan la vuelta al mundo, Kate "se ha ganado el cariño de sus súbditos, algo que Letizia no ha conseguido, a pesar de sus indudables méritos, mayores, seguramente, que los de la inglesa". La escritora es muy sincera cuando asegura que no se imagina a la mujer de Felipe VI tocando ningún instrumento, "ni tampoco despachando vino detrás de la barra de una taberna o jugando al bingo en una residencia de ancianos, como han hecho Kate y William. No es su estilo y quedaría falso". Sin embargo, consciente del papel más secundario de Leonor y Sofía, desde nuestras páginas Eyre hace una petición a los reyes: "Les pediría que aflojaran el corsé y las dejaran mezclarse con el pueblo", un papel como heredera al trono que Leonor comparte con Kate Middleton.
Pero Letizia no sería la única que debería tomar nota en lo relativo a la naturalidad y la cercanía con el público que a Kate le sobra. En esta lista 'negra' se encontrarían otras royals como Charlene de Mónaco o la mismísima Meghan Markle, muy criticada por el hermetismo que rodea a la infancia de sus dos hijos. La única que podría estar al mismo nivel que Kate Middleton es Máxima de Holanda, cuya alegría y naturalidad traspasa fronteras.
El llamativo cambio de actitud de la reina Letizia
Aunque esa imagen de mujer rígida e incluso en algunos momentos estúpida la perseguirá a lo largo de toda la vida, la realidad es que la Reina ha protagonizado un cambio de actitud que merece la pena resaltar gracias a sus grandes habilidades comunicativas que ya poseía en su etapa como periodista. A pesar de pertenecer a una familia normal, rápidamente se dejó llevar por el férreo protocolo de la Casa Real y desde entonces pocas veces sale de lo que marca la etiqueta.
A lo largo de los últimos meses, doña Letizia se esfuerza por mostrarse más simpática y natural. Es imposible no recordar aquella tarde en la que los reyes se sumaron a una fiesta flamenca en Cádiz en la que don Felipe no dudó en arrancarse a tocar el cajón. Pero no solo eso, la pareja se muestra más cariñosa frente a las cámaras y aprovechan cualquier oportunidad para darse un baño de multitudes.
"Felipe y Letizia han decidido bajar del pedestal lejano en el que estaban colocados para marcar distancia con el rey anterior y para entrar, de cabeza, en lo que algunos llaman comportamiento natural y sencillo. Está bien que los reyes se suelten, ¡pero que aprendan a hacerlo! (...) A Letizia se la veía descolocada, violenta y avergonzada", recordaba Eyre en su blog de Lecturas por ese entonces.
En un momento crítico para la familia real a consecuencia de los numerosos escándalos protagonizados por Juan Carlos I, Felipe y Letizia, con el apoyo incondicional de la reina Sofía y la aclamada presencia de Leonor y Sofía, están luchando a contracorriente para ganarse el cariño del pueblo, un trabajo diario que poco a poco va dando sus frutos y en los últimos años han ido subiendo peldaño a peldaño hasta colarse entre los miembros más queridos de la institución.