Dos años han pasado desde que la revista Lecturas publicara en exclusiva las imágenes de Iñaki Urdangarin (56 años) paseando de la mano con Ainhoa Armentia por las playas de Bidart. Unas instantáneas que dieron la vuelta al mundo y que provocaron que el matrimonio del deportista y la infanta Cristina (58 años), aparentemente idílico, se rompiera para siempre. Mucho se ha hablado desde entonces sobre cuándo firmarían el divorcio, pero no ha sido hasta este mes de enero de 2024 cuando se ha confirmado que el trámite ya está completo. 26 años juntos y cuatro hijos en común, la hija de Juan Carlos lo intentó todo por mantener a flote su historia de amor y ha sufrido mucho porque de verdad pensaba que su llama estaría encendida para siempre. Una utopía de la que finalmente se ha despertado.
Muy sorprendida por cómo ha comunicado la Infanta su separación de Iñaki, Pilar Eyre (72 años) ha comparado y analizado a través de su canal de Youtube los divorcios de Cristina y Elena, dos procesos totalmente opuestos. "Cristina es ya una mujer divorciada pero no tiene nada que ver con su hermana. Doña Elena no ha conocido varón desde que se separó con Marichalar. No ha tenido novio y ha hecho una vida muy para dentro, muy familiar, muy de sus amigas, muy de fincas, de cacerías. Una vida muy íntima y religiosa", comenta sobre la primogénita del emérito.
A pesar de que revela que Cristina también es religiosa, la periodista tiene claro que vamos a ver a una Infanta totalmente distinta de su hermana. "Es animalista, vegetariana y una mujer cosmopolita que viaja mucho y que tiene muchos amigos por todo el mundo", dice Pilar. Al contrario que Elene, la ex de Iñaki Urdangarin "va al gimnasio tres veces por semana porque es una mujer a la que le gusta cuidarse mucho". "Le gusta mucho el deporte", cuenta. Eso sí, de la dos dice que se llevan genial con su padre, quien les aconseja y apoya en todas sus decisiones. De hecho, Eyre revela que Cristina tenía otras intenciones a la hora de hablar de su separación: "querría haber hecho un comunicado para que toda la prensa tuviera la misma noticia y fue su padre quien la convenció para que lo hiciera en la revista '¡Hola!'".
Además, la colaboradora de Lecturas cuenta que incluso la manera de contarlo ha sido totalmente diferente. Y es que el 13 de noviembre de 2007, la Zarzuela fue la encargada de anunciar algo que jamás pensaba: la infanta Elena y su esposo, Jaime de Marichalar, habían decidido "cesar temporalmente su convivencia". Un eufemismo para referirse a la separación definitiva de los padres de Froilán (25 años) y Victoria Federica (23 años) que acabaría en un divorcio formal tres años después. Por el contrario, tal y como cuenta Pilar, "todos querían que Cristina se divorciara y ella estuvo sufriendo hasta el final, yendo a la prisión a verlo. Esperaba que iban a envejecer juntos y que cuando los niños se fueran del nido ser una pareja unida. Ella estaba dispuesta a ser quien dejara el dinero y no le importaba que él no trabajara. Fue fiel a sus promesas, a las que hizo el día que se casó", dice.
El hermetismo, único paralelismo de los divorcios
Lo que sí tienen en común ambos divorcios es el hermetismo con el que ambas lo han llevado. De ninguno de sus trámites se conoce mucho. Lo 'bueno' es que la separación de Cristina no ha causado tanto revuelo como el que sí tuvo el de su hermana al ser la primera divorciada de la realeza española. La decisión de Elena y Jaime no se debió a ningún hecho jugoso como una infidelidad, sino por diferencias irreconciliables que derivaban en desavenencias entre el matrimonio. El de la madre de Pablo, Irene, Miguel y Juan sí: seguramente todo fue cuesta abajo cuando la revista Lecturas publicara las fotos de Urdangarin con Ainhoa de la mano en Bidart.
En el caso de Elena la tensión se incrementó en 2001, después de que Jaime de Marichalar sufriera una isquemia cerebral mientras realizaba deporte. A pesar de esto, la relación entre ambos durante y después del divorcio fue de total cordialidad, buscando lo mejor para ellos y sus hijos. Eso sí, pocas han sido las ocasiones en las que se les ha visto juntos para apoyar a sus hijos o coincidiendo en algún evento social, cosa que sí ha ocurrido ya con el deportista y Cristina, que no dudan en hacer apariciones para ver los partidos de su hijo, dejando claro que lo importante son ellos y que aunque ya no compartan la misma historia de amor son dos personas adultas que se tienen respeto.