El pulso por ver cuál de los últimos eventos 'royal' es más noticiable siempre ha estado. Ahora bien, quizás el más inesperado de los últimos enfrentamientos en el simbolismo ha sido que la rivalidad entre acontecimientos quedase entre el abuelo y la nieta. Aunque destacable, el estreno dela princesa Leonor (18 años) en la Pascua Militar del pasado 6 de enero, quedaba inevitablemente empañado por una fiesta sin precedentes.
Se sabía desde hacía semanas, pero la cuestión es que, de forma más o menos intencionada, el rey Juan Carlos (86 años) contaba con un as en la manga para convertirse en el foco de la atención pública desde la distancia. El viernes 5 de enero, víspera del Día de Reyes y del cumpleaños del emérito. Fecha ideal para celebrarlo de forma multitudinaria en su residencia de Abu Dabi, en la isla de Zaya Nurai. Con bastante solvencia y éxito, puesto que no todos los días consigue uno congregar a cerca de un centenar de sus allegados, entre miembros de la familia real y amigos cercanos del exmonarca, a 7.500 quilómetros de España. El festejo por cumplir otro año ni tener ninguna causa judicial abierta que nadie hubiera querido perderse. ¿O sí? Más allá de las ausencias evidentes del núcleo duro de la Casa Real, son muchos los que prefirieron declinar la invitación. En su blog de la revista Lecturas, Pilar Eyre ha desgranado una por una las excusas que dejaron incontables asientos vacíos.
Los invitados que rechazaron ir al cumpleaños del rey Juan Carlos (y sus excusas)
"'No puedo, señor, tengo compromisos familiares'. 'Lo siento, majestad, pero por reyes reservamos siempre en Gstaadt'. 'Me gustaría, pero vienen mis nietos de Estados Unidos'. 'Gracias, pero mi hija está a punto de dar a luz'. 'Estoy en Perú y a mi edad es un desplazamiento demasiado largo'". Así comienza el texto de la cronista, arrojando luz sobre algunas de las palabras que le habrían proferido al padre de Felipe VI (55 años) todos aquellos que prefirieron no asistir a la fiesta.
Una larguísima lista de negativas que, de acuerdo con la información publicada por la periodista, se aceleró en los días inmediatamente anteriores por cuestiones tan rotundas como “tengo covid”, “gripe A”, “neumonía”. Y es que, pese a que allí sí que estuvieron sus hijas y cuatro de sus nietos, ni rastro de muchos de sus íntimos en "una celebración que el propio Juan Carlos había preparado personalmente con gran ilusión". No estaban Sanz Roldán, ni Vargas Llosa. Ni Bertín Osborne, ni Jaime Peñafiel, ni otros muchos tantos a los que sí que se esperaba.
Las bajas de su propia familia, otro mazazo para Juan Carlos I
Por contra, sí que estuvieron allí sus hijas. La infanta Elena (60 años) asistió acompañada por sus dos hijos, Froilán y Victoria Federica, mientras que Cristina de Borbón (58 años) llevó con ella hasta allí a sus hijos Pablo e Irene. "Sofía ni estaba ni se la esperaba, y no porque tuviera el funeral de su hermano, que se celebra este miércoles 10, sino porque la pareja está separada de facto desde hace años y no mantienen contacto", revela el texto de Eyre. Felipe también se desentendió. También la reina Letizia, Leonor y la infanta Sofía.