“No puedo, señor, tengo compromisos familiares”. “Lo siento, majestad, pero por reyes reservamos siempre en Gstaadt”. “Me gustaría, pero vienen mis nie-tos de Estados Unidos”. “Gracias, pero mi hija está a punto de dar a luz”. “Estoy en Perú y a mi edad es un desplazamiento demasiado largo”. Uno a uno fueron cayendo los invitados de relumbrón a la fiesta del 86 cumpleaños de Juan Carlos en Abu Dabi, unas negativas que se aceleraron a medida que se acercaba el 5 de enero con rotundas e inapelables excusas, “tengo covid”, “gripe A”, “neumonía”.
Sanz Roldán, Abelló, Vargas Llosa, la viuda de González Byass, Bertín Osborne, dos importantes editores, militares, el círculo próximo a Felipe González, incluida la persona que me lo contó a principios de diciembre dando pie a mi exclusiva, han causado baja a una celebración que el propio Juan Carlos había preparado personalmente con gran ilusión , ya que sus amigos solo lo ayudaron en el tema logístico. De la familia únicamente fueron las hijas y algunos nietos. Sofía ni estaba ni se la esperaba…
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