Apenas quedan unos días para que los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra se vean cara a cara en público. Será el próximo 1 de julio, día en el que Diana de Gales habría cumplido 60 años, cuando sus hijos descubran una estatua en su honor en los jardines del palacio de Kensington. Un acto que llega en un momento muy tenso para ambos, en el que su relación se ha deteriorado mucho tras más de un año de distanciamiento mediático.
Por lo tanto, su reunión parecía el momento idóneo para limar asperezas. Algo que, escuchando las últimas declaraciones del periodista Robert Lacey, autor de Battle Of Brothers (La batalla de los hermanos, en español), parece que no va a ocurrir. Según ha explicado al diario Daily Mail,el último encuentro entre ambos, que tuvo lugar con motivo del funeral del duque de Edimburgo el pasado abril, terminó con la “misma fiereza de siempre”. Es decir, ambos hermanos discutieron incluso en el último adiós a su abuelo. “La rabia y la ira entre los dos se ha vuelto increíblemente profunda. Se han dicho demasiadas cosas duras e hirientes”, ha asegurado.
Aunque todas las cámaras captaron cómo los príncipes Guillermo y Harry mantenían una conversación antes de entrar en la capilla de San Jorge, su discusión comenzó “pocos minutos después de entrar en el interior del castillo, quedando fuera del alcance de las cámaras”. Además, ha afirmado que nunca se produjo un encuentro entre los hermanos y su padre, el príncipe Carlos. “No hubo reconciliación, ni reunión fraternal ni minicumbre”.
Por todo ello, Lacey considera que la pelea entre los hermanos no se va a solucionar pronto. “El conflicto entre los dos hijos de Diana profundamente divididos no parece que vaya a terminar pronto”. Prueba de ello es que los hermanos no han conseguido ponerse de acuerdo ni para el acto en honor a su madre. Así, según publica el diario Mail of Sunday, Guillermo y Harry no darán un discurso conjunto el próximo 1 de julio, sino que escenificarán en público su ruptura al pronunciar palabras por separado.