La muerte de Ari Behn el día de Navidad se ha convertido en una de las noticias más trágicas en la historia de la Casa Real noruega. Era la mano derecha del popular escritor el que confirmaba a través de un escueto comunicado la defunción el mismo día 25 de diciembre. "Con mucha tristeza en nuestros corazones, nosotros, los más cercanos a Ari Behn, anunciamos que se ha quitado la vida. Pedimos respeto para nuestra privacidad en los días venideros". Tenía solo 47 años.
Durante su funeral, que tuvo lugar el pasado 3 de enero, fueron muchas las palabras dedicadas a Ari Behn por parte de sus familiares, entre los que destacaron sus padres, su hija mayor Maud Angelica -fruto de su matrimonio con la princesa Marta Luisa- y sus hermanos Anja y Espen Bjorshol. Los homenajes se sumaban al discurso del rey Harald de Noruega que dedicaba en Año Nuevo unas declaraciones a su exyerno, así como las infinitas velas, cartas y otras oraciones con las que los ciudadanos inundaron las inmediaciones del Palacio Real de Oslo.
Ahora, sus padres Olav y Marianne, quienes nunca han escondido ni maquillado el suicidio de su hijo con el objetivo de que sirva de ejemplo para otras familias, han querido sincerarse sobre el suicidio de su hijo a través de una entrevista realizada en la revista noruega Seg or Hor. "Ari era una persona muy conocida. Elegimos desde el principio contar cómo había sucedido, no crear especulaciones con la esperanza de ayudar a los demás", confesaba la madre del exmarido de Marta Luisa.
Las palabras de los progenitores del artista corroboraban las pronunciadas en el funeral, donde demostraron una enorme entereza al hablar sobre la salud mental de su hijo, un discurso al que se sumaba la primogénita del fallecido. Maud Angelica pronunció unas palabras en el funeral de su padre con las que animó a las personas con problemas mentales a buscar una solución.
Ante la intención que Ari Behn revelaba unos días antes de Navidad de pasar las fiestas junto a su exmujer y sus hijas Maud, Leah y Emma, sus padres corroboran ahora las declaraciones. Sin embargo, también han declarado que unos días antes el escritor quiso cancelar su asistencia porque no se encontraba lo suficientemente bien, ya que hacía ya semanas que arrastraba una depresión.
Entonces ellos mismos se ofrecieron a acoger a su hijo durante las Navidades, pero también se negó. Viendo que el estado de su hijo empeoraba, Olav decidió viajar a Lommedalen, donde vivía Ari, para animarlo y estar con él en esas fechas.Y mientras su padre se encontraba en su apartamento, Ari se quitó la vida. "Fui yo quien lo encontró", revela sin poder contener las lágrimas. "Estoy muy agradecido de haber estado con él en sus últimos momentos. Ari no estaba solo cuando decidió acabar con su vida. Parecía que había encontrado algún tipo de calma en ese último día", aseguraba también el padre del fallecido. Quien quiso recalcar la suerte que tuvo de pasar los últimos días de su hijo junto a él.
El escritor era incinerado esta misma semana y será enterrado en el cementerio de Nuestro Salvador, en Oslo, durante los próximos días.